Fantasías compartidas
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Re: Fantasías compartidas
jajjajajaj Andre estoy de noches tesoroooo !!!ya te escribire!!! es que este mes es fiestas y comilonas te quiera amiga!!!
sole- Mensajes : 96
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Localización : ASTURIAS
ahora siiii!! ya lei todo!!
increibles giros, marchas y contramarchas! que producción!! me han dejado...[Solamente los administradores pueden ver esta imagen]Quiero más!!... Iré el capi de la ducha caliente.mmmm! una golosina
Matias, muy bien desarrollada la historia, ese capitulo centrando la trama..quedo genial. Juntos tienen una conexión alucinante al escribir.. Una historia suculenta..a ver que nos siguen narrando!![Solamente los administradores pueden ver esta imagen]
Matias, muy bien desarrollada la historia, ese capitulo centrando la trama..quedo genial. Juntos tienen una conexión alucinante al escribir.. Una historia suculenta..a ver que nos siguen narrando!![Solamente los administradores pueden ver esta imagen]
andripili- Mensajes : 136
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Re: Fantasías compartidas
Estoy hasta el gorro de la frasecita
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mcarmen- Mensajes : 430
Fecha de inscripción : 18/07/2012
Localización : A orillas del Lérez
teresa.7- Mensajes : 424
Fecha de inscripción : 16/07/2012
Edad : 57
Localización : Canarias España
Aqui llego lo prometido... Y largo jajajaja
MATIAS
Mi parte:
Nunca fui muy desordenado y la verdad estaba incurriendo en ese pecado. La organización y el orden de las cosas era lo que me había mantenido siempre a salvo de los ojos indiscretos de las autoridades, pero ahora la cosa había dejado de ser así.
En el hotel, Marcelo me había informado que mis sospechan eran ciertas y esto solo quería decir una cosa, que nuestro soplón le había informado que nos estaban investigando y eso, a pesar que me produjo un escalofrío por la espalda, no era lo que más me preocupaba, ya que después de todo, no era algo que no pudiese arreglar con algunos dineros y algún que otro movimiento político, lo que más me preocupaba era el hecho de que así fuera, de la desprolijidad cometida y de mis desatenciones como líder de mi organización de la cual dependían muchas familias.
Por éste hecho, tenía la necesidad de enumerar los sucesos tal como se habían ido dando, a modo de tener una idea más cabal de todo lo que estaba aconteciendo. Este factor me ayudaría en la toma de decisiones y en la proyección de mis acciones futuras.
En cuanto Ire se retiro, pidiendo disculpas abandone a Sol con Nizuka, escuchando de su parte las expresas órdenes al personal a cargo de la seguridad de su “Clienta” como ella la llamaba, de no pasarle ni comida, ni agua, solo a cuenta gotas. Si quería estos privilegios, Sol debería de ganárselos cumpliendo las órdenes que Nizuka les daría el su próximo porvenir.
Posteriormente me encerré por unos instantes en mi cuarto, con una tasa de café y mis cigarrillos, ese mal hábito que ayudaba a tranquilizarme y a ponerme la cabeza fría.
Me siento al borde de la mesa y con ambas manos sobre mi cabeza, comienzo a recopilar todo lo sucedido hasta ahora mientras lo anotaba en un simple papel.
Lo primero que recuerdo es a Ricardo en esa reunión de egresados de curso y en su contante interés por mí y en sus constantes comentarios acerca de lo interesante que sería hacer negocios juntos, de lo ventajoso que sería para ambos y todo eso.
Segundo, de mis esfuerzos por rechazarlo sin parecer tan descortés. La verdad el tipo nunca me había caído bien. Era muy altanero y fanfarrón. Sus repetidas formas de imponerle al otro su posición era lo que más me repelía de su personalidad, aunque debo reconocer que el tipo tenía formas de atraparte. Como cuando comenzó a contarme en privado y por lo bajo, sus fantásticas historias de sexo duro, dominación y Bdsm que se practicaban en las fiestas que el organizaba en una casa de campo muy lujosa y a la cual acudían toda clase de personas como nosotros.
Debo remarcar que el sexo libre, no era algo que me atrapará por aquel entonces, pero la manera en la que Ricardo lo exponía, lo hacía parecer algo interesantísimo, de lo cual no me debería quedar afuera, según me decía una u otra vez. Claro estaba, que si bien no me interesaba demasiado, era un tema del que no conocía casi nada, por lo que por ahí, fue que me entro el gusano de la curiosidad, curiosidad, que una vez que comenzaba a darme vuelta por la cabeza, no la podía detener. Yo me conocía bien y sabía que no descansaría en paz hasta saber más o experimentar cosas sobre ese tema.
De está forma fue que acepte su invitación a participar en una de éstas fiestas, diciéndome Ricardo, que si me interesaba por ellas, podría inscribirme en su selecto y privado club, eso sí, a cambio de “Favores” que dicho club, o sea él, pudieran necesitar, esto no era otra cosa que el de darle la posibilidad de acceder a mis contactos políticos.
Eso era todo, así de sencillo, como los grandes y prósperos negocios, recuerdo que agrego.
Y así fue, como según recuerdo, ya que fue hace tanto tiempo, que acudí a esa fiesta en donde conocí a Ire. Ella era la chica que me fue asignada como anfitriona y la que me introdujo en el arte del Bdsm.
En esa fiesta debo reconocer que toque el cielo con las manos por primera vez en mucho tiempo. Su porte misterioso bajo esa mascara le daban a Ire el suspenso y el poder justo para jugar con mi voluntad. Y vaya si lo logro. A las pocas horas estaba rogándole, pidiéndole, suplicándole por sus atenciones y no solo me tenía interesado por sexo, tenía la necesidad de saber quien era, a que se dedicaba, lo que le gustaba, lo que necesitaba. Todo yo estaba rendido a sus pies.
De está forma conocí que Ire, esta mujer misteriosa bajo la mascara, era una mujer casada con un tipo que desarrollaba Software, quien no la completaba como persona, que era escritora, autora y que sus sueños eran publicar un libro exitoso. Este hecho puntualmente, me hizo recordar a Sofía, una antigua amiga de Laura a la cual ya no frecuentaba y a la que siempre le había puesto el ojo, pero que al ser amiga de mi esposa, nunca me anime a proponerle nada, pero vaya que si estaba para comérsela, al igual que a mi misteriosa nueva compañera de juegos. Como son las vueltas del destino, pensé entre ocultas y apagadas risas de carácter mental.
En este contexto le ofrecí a Ire de todos mis recursos para cumplir tanto sus sueños como los de su marido, del mismo modo que ella podría cumplir mis deseos. Aun me acuerdo de nuestro primer acuerdo: Sus conocimientos por mis recursos.
“Como podré pagártelo” me dijo a lo cual le respondí: “Con carne… Con carne” y por lo cual le desprendí múltiples carcajadas por la ocurrencia.
Este hecho desencadeno en el llamado que Ire le realizo a Orianne, mi nueva secretaria, luego de que Marcelo despidiera a Rox, por encontrarla en forma sospechosa espiando entre mis cosas y papeles, y que a su vez, fue el motivo por el cual, según me contaría Ire en mi casa los otros días, Ricardo la relevo de su cargo, siendo todo esto, el resultado de las fotos comprometedoras que Rox hiciera sobre aquel encuentro en el restaurante.
Rox quería demostrarle a Ricardo, que aun podía hacerse de elementos comprometedores para mí sometimiento y de paso chantajear a Ire para que desista de ocupar su puesto frente a su Amo Ricardo, saliéndose de esta forma, de las tareas menores que éste le había asignado luego de que Marcelo la despidiera y la sacara del centro de la escena.
Así fue que me encontré con ella, con Ire y su marido en aquel legendario restaurante, momento en el que se desencadenaron nuestro juegos por fuera del club de Ricardo y vaya que me sorprendí al reconocerla. Ella no era otra que ésta hermosa y antigua amiga de mi esposa.
No podía creer mi suerte. Ahora no solo Ire o Sofía, como se llamase, completaría mi deseo y mi curiosidad, sino que además me sacaría aquel viejo morbo que guardaba entre mis memorias. Si bien ella había cambiado mucho en sus facciones, seguía poseyendo aquel cuerpo legendario con el cual yo me había obsesionado bajo el telón del disimular frente a mi amada esposa. - ¿Pero que hacía ella con Ricardo? Eso me develo el pensamiento.
Recordando esta situación entre Ire y Ricardo, y de las experiencias vividas con mi nueva vieja amiga, acudieron como pesadillas, las imágenes de mi sometimiento y de las vejaciones que sufrí bajo sus mandos.
Si bien ella ya se había escusado frente a mí, los otros días en mi casa, diciéndome que todo había sido producto del incumplimiento con lo que teníamos pautado y de mis estupidos juegos con su marido, era algo que no me lo podía sacar de la cabeza.
Ella tenía la razón, las cosas eran así tal cual ella me lo decía. Yo había prometido algo y no lo había cumplido. Yo la había traicionado primero y como resultado obtuve su incapacidad de alejarse de su Amo Ricardo y de su esposa Sol, para obtener lo que tanto deseaban y que yo le había negado.
Ella ya me había pedido disculpas, incluso, alegando que ella me lo había advertido con esa nota en el parabrisas de mi coche momentos previos a que me presentara en aquel salón en el que me vejaron y humillaron tan asquerosamente. Eso era algo que le tenía que reconocer después de todo.
Pero si esto era así - ¿Que le había hecho cambiar de parecer a Ire? - Pensaba entre líneas, solo para analizar sus propias palabras, en las que me afirmaba que se había dado cuenta luego de aquella dramática situación, de que al estar conmigo, de mi lado, era donde ella quería estar. Traduciendo todo esto, en que también se había dado cuenta de que su Amo y Jefe Ricardo, no tenía ninguna intención de cumplir con las promesas, aquellas que Sol le había hecho al momento de que pautaran su entrega a su marido Ricardo.
De eso se había percatado, por el cambio de actitud de Ricardo, ni bien éste obtuvo lo que tanto necesitaba, el video comprometedor que tanto necesitaba para doblegarme y convencerme, mediante el chantaje, que accediera a brindarles mis favores políticos en post de sus objetivos económicos.
Ésta circunstancia era la que la había hecho reflexionar a Ire, lo que la había hecho volverse atrás, como así también, la que le había salvado su vida. Las vueltas del destino, sin dudas jugaban a favor de su suerte.
Ahora todo estaba más claro. Ahora ya sabía como seguir con mi juego.
Con esto en mi cabeza salí de mi cuarto al encuentro con mi prisionera. Al llegar le informe a Marcelo que fuese al punto seis y que me informase sobre los avances logrados por los muchachos y que desde allí llamase a Fabio, mi contacto de la Side, para conocer los últimos movimientos de Ricardo, necesitaba toda la información disponible para intentar maniobrar con mas certezas que incertidumbres.
A eso me refería al ponerme al tanto con los planes de Nizuka para doblegar el cuerpo y la mente de Sol, y vaya que esta chica valía hasta el último de los centavos, su trabajo era escalofriante, pero más escalofriante era su cara de deseo en querer concretarlos
M: Nizuka. Como ya te he dicho mil veces. Tu si que eres la clase de persona que disfruta con su trabajo. Le indique, obteniendo una mueca de media sonrisa como respuesta.
En cuanto a los avances. Nizuka ya había rasgado sus ropas, ahora agregaba a su tortura de Sol, el sufrimiento de sentirse observada y expuesta a los ojos de sus captores, pero que era sin dudas otro de los elementos de inhibición. Desnuda no querría salir de donde estaba, claro estaba, cosa que aunque quisiese no podría hacerlo.
Una y cien veces, el resplandor del flash de la cámara de fotos le informaba a nuestra inhibida Sol, que sus vergüenzas estaban siendo retratadas para la posteridad. En ese momento Nizuka le arroja sus primeras palabras en mi presencia:
N: Temor a ser visto y vergüenza a ser reconocida.
Ese era el segundo paso de una larga lista de 40 Ítem que contenían los secretos del arte de los porque nos daría el regalo de su voluntad en nuestras manos.
El primer paso había sido seguramente “El hambre y la sed, son malas e ingratas compañeras”. Nizuka había definido su quiebre en post de un informe alcanzado por Marcelo. Sol era un mujer a la nunca le había faltado nada, por lo que desconocía los estragos que el hambre y la sed pueden hacer en las personas con el correr de los días.
Con esta idea de tranquilidad y parsimonia me fui a mi cuarto junto con Nizuka, la que como si fuera un chiste, antes de acostarse ejecutaba un ritual de paz y relajación para encontrarse con su yo interior. Nizuka tipas raras si las había.
Así fueron pasando los días en la estancia. Era el amanecer del tercer día de la segunda semana con Sol. Mis negocios y mis asuntos iban todos con vientos de cola y Sol poco a poco iba respondiendo al tratamiento.
Luego de los primeros pero extensos tres primeros puntos del tratamiento de Nizuka, la soledad, el hambre y la sed y la privación del sueño a través de los insoportables sonidos agudos y graves que le brindaban sus auriculares, Sol ya estaba en el estado tres de su tratamiento. Ya la lucha por escaparse o la esperanza de ser rescatada habían sido superadas, al igual que su semblante y su lucha para resistirse a su “Captora” siendo este un nombre clave en su procedimiento, el cual pasaba de “Captora” a “Instructora” y de ésta a “Ama”.
Ahora de la antigua y dulce Sol, Solo quedaban las sombras ocultas bajo el temor de su Dulzura. Sobre esté foco se apuntalarían los próximos pasos de Nizuka. El interrogatorio estaba a punto de comenzar.
N: Sol ¿Estas segura de que no quieres algo de comer o de beber? Siente el aroma de éste tentadora hamburguesa o el sonido y la frescura del esta agua. Sol bajo sus vendas y ataduras rompió su voluntad.
S: Si por favor. Dame agua… Dame agua.
N: ¿Sabes lo difícil que es conseguir agua aquí a donde estamos? ¿Que me vas a dar a cambio?
S: Lo que quieras… Lo que quieras…
N: OK. Al escuchar su elección. Nizuka desato la venda de sus ojos, poniendo a escasos centímetros de su alcance ambos alimentos. En cuanto Sol recupero sus capacidades de visión, primero observo aterrada a sus encapuchados captores, para luego dirigir la vista hacía sus deseados objetivos, la comida y aquel simple vaso de agua que estaban por el momento y a pesar de sus denodados esfuerzos, fuera de su alcance:
S: ¿Que hacen? ¿Que hacen? Dénmelos… Dénmelos. Rogaba nuestra cautiva.
N: ¡No! Primero las damas. Le remarco.
S: Bueno ¿Pero que quieren?
N: ¿Que quieren? No ¿Que quiero? Quiero que me digas todo sobre tu marido. Eso quiero. Y si estoy conforme ya veremos. Pero si me ocultas algo por más pequeño que sea, te prometo que seguirás así por unos días más. Quien sabe como seguiremos después si es que sobrevives. Créeme que pocas personas lo han logrado. Ese sería un lindo desafío para presenciar. Le explicaba Nizuka muy calmada y pausada en sus palabras. Por lo tanto Sol enloquecía.
S: No… No… Te lo diré todo… Te lo diré todo.
N: Pues empieza. Tienes una hora. Por lo que te recomiendo que aproveches todo ese tiempo. Se breve pero contundente. E que puedes hacerlo. Si en ese lapso de tiempo, has omitido algo, te prometo que habrás reprobado la prueba y te quedaras sin lo que tanto deseas.
Tiempo…
Su orden fue como mágica. Sol empezó a escupir, casi sin respirar en esa hora, todo cuanto eran, desde el día en que conoció a Ricardo hasta lo que le dijo la ultima vez que le vio, pasando por su club, sus negocios, los que estaban a la vista y los otros, su fortuna, sus inversiones, las cuantas en los bancos, todas las claves, desde las de banco hasta las de sus cuantas de E-mail, quienes eran sus amigos, quienes sus enemigos, etc., etc., etc.
Al terminar a la voz de “Tiempo” marcado por Nizuka, Sol retomo el aire y trago la saliva, que por no parar de hablar caían por su boca. Y así miro a captora que la observaba con mucha calma y atención.
Nizuka con un pie corrió solo un centímetro el plato en el que se encontraba, el ya helado sándwich de hamburguesa, pero el centímetro suficiente para que Sol se pudiese hacer de ella. Juro que nunca vi a nadie tragarse en apenas dos bocados y en forma tan asquerosa una hamburguesa.
S: El agua… El agua… Reclamaba por su bebida.
N: ¿Quieres agua?
S: Si… Por favor… Por favor.
N: OK. Pues toma… Bébelo. A Esto, Nizuka, tira con su pie el vaso de agua al piso, desparramando todo el líquido por el piso. Claro está, que al estar atada Sol, solo podía observarlo desde su lugar sin poder acceder a él, por lo que desorientada como estaba, la cautiva comienza a observarla con desesperación.
S: No llego… No llego. Le suplica. Nizuka comienza a reír, sabiendo que otro paso más de objetivo estaba cumplido. Sol no había puesto una sola queja al tener que lamer todo el piso para conseguir lo que quería. Su queja era solo que no contaba con los medios para poder realizarlo.
Con esta etapa alcanzada le contesto:
N: Tranquila tu instructora te dará lo que te has ganado.
Dicho esto, se dirigió en busca del accesorio para dar paso a su próximo punto, una manguera. Pero antes de abrirla le indico:
N: El agua y la erosión es una fuerza que modela hasta las más duras de las piedras.
Paso siguiente, un fuertísimo chorro de agua a presión impacto sobre su rostro y sobre todo su cuerpo desnudo, solo cubierto por el tensor de las cuerdas que aprisionaban su cuerpo sobre la silla. Sol no paraba de gritar, intentando tragar cuanta gota de agua se estrellaba contra su rostro.
N: Eso es todo por ahora, dulzura.
Tercera semana. Primer día.
N: Buenos días… Buenos días. ¿Cómo ha dormido mi dulce niña?
Al escucharla, Sol solo podía balbucear alguna que otra palabra. El frío le hacia temblar todo su cuerpo desde la punta de los oscuros y azulados dedos, hasta su delgado y hambriento estomago.
Hoy, Sol se encontraba atada de manos y con ellas colgadas de un gancho que la sostenían al techo, llegando solo al piso en puntas de pie si es que no quería quedar colgando por los aires.
N: ¿Quieres un abrigo cariño?
S: Si… Sipppp. Si…
N: ¿Pero para que? Mira nomás como te has ensuciado toda a pesar de que te he bañado día tras día. Nizuka hacía hincapié en remarcarles las vergüenzas en las que Sol, al estar atada e imposibilitada, incurría para evacuar sus necesidades fisiológicas.
Esto ya era casi un procedimiento rutinario que le daba a Nizuka la posibilidad de que Sol, para eliminarlas le rogara por su baño matutino. Ese mismo que posteriormente la torturaba con las agudas agujas que le causaban el frío y su falta de abrigo.
S: Si… por favor… rrrrr… rrrr… Dame algo para el frrrrr…. Frío. Dime que quierrr… rrrr… es que haga y lo harrrrr… re.
N: Muy bien Sol. Veo que estas dispuesta hoy… No como en estos últimos días. OK. Le respondió con una tierna y calida sonrisa, esa misma que le ofrecía cada vez que Sol cedía a sus pedidos. Si quieres calor… Eso será lo que hoy obtengas.
Ni que decir a lo que me refiero. En lo que quedaba del día, como por el resto de la semana, Sol fue sometida a toda clase de vejación de carácter sexual, que van inicialmente de múltiples orgasmos forzados, hasta posteriormente incontables y casi contantes violaciones por parte del personal masculino y femenino que Nizuka administraba bajo sus ordenes.
Todo, yendo desde sexo oral dado y ofrecido por Sol, como penetraciones anales o vaginales o ambas al mismo tiempo, fue la carta del menú que le conseguía el abrigo que Sol suplicaba una y otra vez, tras su baño matutino.
Cuarta semana. Primer día.
Nizuka llega al encuentro con Sol, un nuevo día comenzaba y una formación que ya llegaba a su fin, iban dando señales de sus objetivos cumplidos.
Hoy, Sol se encontraba esposada en su muñeca, solo con unos de sus brazos, al caño que iba desde el piso hasta el techo y que encontraba justo en el medio del precario sótano.
Su acciones le habían dado el merito de ir ganando comodidades, como por ejemplo un pequeño colchón en el piso en el que pudiese recostarse por las noches, si es que podía dormirse con las voces que resonaban en sus auriculares, esos que, en los primeros instantes de su liberación, había intentado sacarse, pero que Nizuka al retirarle privilegios, Sol le había pedido, casi rogado por que se los pusiera nuevamente, aun soportando aquellas voces que le repetían una y otra vez en primera persona lo puta que era y todo lo que se merecía, como lo que se esperaba de una golfa como ella. Esas mismas voces que Sol, casi sin percatarse, como si de una canción se tratase, cantaba todas las noches al tiempo que se iban clavando muy profundo por repetición dentro de su confundida mente.
Luego con el amanecer venia su desayuno, el que no hacía más que tragarse, sea cual fuese el alimento que Nizuka le ponían delante, sin importarle su condición o como estuviera servido o que generalmente era acompañado por elementos humillantes como semen de hombre o de algún animal de la estancia. Eso si, a pesar de su desesperación por lo pequeña de su ración diaria, Sol había aprendido, tracción a azotes, a tomarla con la delicadeza de sus mejores días. Después de todo, una dama es una dama. Le anteponía Nizuka como quien reta a una de sus hijas pequeñas en instrucción.
Luego de su baño llegaban sus ropas, compuestas por pequeños vestidos, careciendo por completo de ropa interior alguna, no hacían más que remarcar su nuevo cuerpo, Sol había perdido cerca de 20 kilos en estas tres semanas y sus contantes, como sorpresivos y excesiva rutina de ejercicios iban modelando con esfuerzo y algo de dolor, el cuerpo que Nizuka deseaba para sus esclavas.
N: Bueno Sol. En esta oportunidad me hablaras de tus amigos y tus parientes… Quiero saber todos de ellos… Todo.
Como era costumbre. Sol empezó a describir, sin que hiciera falta volvérselo a pedir y con lujos de detalles, todos los movimientos de sus amigos y parientes. Todo cuanto estuvo a su alcancé le fue dicho a su instructora. Nizuka ya había aprendido a notar cuando mentía, como así también a castigar los intentos con una lluvia de decenas y decenas de azotes y castigos. Aunque debo remarcar, según me lo comunico, que era un recurso que casi nunca había tenido que utilizar, solo alguna que otra vez, algunas incluso por pura diversión y entretenimiento. Sol era de las que directamente se negaban a declarar o a realizar, pero en cuanto lo hacía era clara y transparente.
Obviamente, en cuanto terminó de hacerlo, ya Nizuka tenía vida y obra de sus amigos y parientes, por lo que prosiguió con la última etapa de su segundo y penúltimo procedimiento “La instrucción”.
N: Veras Sol. Sinceramente tus amigos y parientes de seguro que no son personas que ahora te quieren, más por lo que eres y como eres. Pero si hoy lo deseas, por primera vez desde que estas aquí, les dejaremos ver que aun sigues con vida.
Claro está, que para eso le tendríamos que mostrar todo el tratamiento y el proceso de formación y de información por el que has tenido que transitar, así como por las duras pruebas que has ido superando y que son el resultado de tu nuevo yo.
Sol al comprender a lo que Nizuka se refería - luego de un tiempo en el que no hacía más que repetir como una autómata las voces que los auriculares ya apagados, dejaban noche tras noche en su cabeza - pareció despertarse de su sueño para estallar por los aires en una especie de pico de histeria.
S: NOOOOOO… NOOOOO… Por favor… Por favor… No le muestren nada… No le muestren nada a nadie… Por favor…
N: ¿Pero que pasa Sol? ¿No los extrañas? Ellos sin dudas te aceptaran como eres ahora. Ellos entenderán por lo que has pasado y te apoyaran en tu recuperación, si es que puedes recuperarte.
S: No instructora. No se los muestren. No quiero que ellos me vean así. No quiero que me vean más.
N: ¿Que pasa Sol? ¿Te avergüenzas de quien eres? Le remarcaba su instructora en el final de su proceso formativo.
S: NOOOO. Solo que ellos no entenderían. Ellos ahora solo me harían daño.
N: ¿Vez? ¿Comprendes ahora? Al final la única que te acepta como eres, seas lo que seas, soy yo tu Ama.
S: ¿Mi ama?... Pensó… Si mi Ama es la única que me quiere sea lo que sea.
N: Si tu Ama te quiere seas como seas Sol. Y esto es así porque eres de mi propiedad ahora.
S: ¿De su propiedad?... Volvía a repetir como intentando comprenderla. Si Sol es de su propiedad ahora mi Ama.
N: Si que lo eres preciosa. Si que lo eres y como tal, eres libre de servirme y obedecerme si eso es lo que quieres
S: Si Ama. Es lo que Sol desea. Servirle y obedecerle. Nizuka al escucharle decir lo que esperaba, le dio paso a su última parte del proceso. Y hecho esto, libero su brazo de las esposas que la sujetaban al caño.
N: Pues deberás aprender a hacerlo si no quieres que me enoje contigo. Ya sabes si no eres digna de serlo te tendré que devolver con los malvados y despreciables seres con las noticias de tu formación, los que seguramente por ello ya no te querrán y te quedaras sola por el resto de tu vida.
S: NOOOO MI AMA. POR FAVORRRRR. SOL ES DE PROPIEDAD Y SOLO DESEA SERVIRLE Y OBEDECERLE.
N: Pues, si es así, bésame los pies… Pero apúrate que luego debemos empezar con tu nueva modelación a mis gustos y placeres.
Juro que en cuanto le vi a Sol inclinarse a los pies de Nizuka con una devoción solo digna de un apóstol hacía su líder y formador religioso, simplemente no lo podía creer. Como les dije, sin dudas ahora si que Nizuka disfrutaría del esfuerzo de su trabajo, Había logrado ganarse a alguien como Sol, una de las mujeres más ricas e influyentes del país, como una de sus recientes súbditas y esclavas. Sin dudas mi inversión en Nizuka había sido más que redituable, ya que en breve sería yo la que gobernase su fortuna a través de Nizuka, mi especialista, despojándole de esta forma a Ricardo de la última pizca de poder que manejaba entre sus manos.
También presencie, en lo que quedaba de la semana como Nizuka iba moldeando con la hipnosis las voluntades y las formas de Sol. Todo lo que ahora yo desease de mi Cautiva, era fácil de conseguir con tan solo una palabra clave.
M: Muy bien Nizuka. Hemos finalizado. Aquí esta tu pago, tal cual lo había prometido. Francisco entrega a Sol. Ya es tiempo de que Ricardo se encuentre con su amada esposa. Le ordene entre risas. Tu Nizuka ven conmigo y Marcelo. Creo que todo esta listo para nuestro próximo paso… Mi querido amigo Ricardo.
En cuanto llegamos a destino, deje a Nizuka con Marcelo en el punto seis. Era hora de ir tras mi querida Ire. El tiempo que hacía que no la veía, así como por el morbo contenido al ver las artes de Nizuka y su despliegue de poder, no hacían más que hacerme sentir muy poderoso y eso solo se calmaban con una sola cosa, mi sumisión para con ella, solo así obtendría el equilibrio que necesitaba.
Entro al sitio definido y allí me estaba esperando mi Reina.
M: Hola Ire. Aquí llegue. Perdón por el retraso. Eso es todo lo que le indique, eso es todo lo que dije. ¿Su respuesta? Un duro cachetazo me cruzo la mejilla y fue tan fuerte que me dio vuelta la cara.
Acariciándome la mejilla, como quien intenta apaciguar el calor sembrada en ella por su mano, es que también noto como con rudeza me toma del miembro para estrujármelo entre sus dedos.
I: ¡¡Ahora!! Arrodíllate bastardo. Eso escucho de su voz al tiempo que noto como comienza a desprenderse los botones de su blanca blusa y observando ese horizonte y ese destino es que voy pensando… Me puedes… Me puedes…
Continuará…
Mi parte:
Nunca fui muy desordenado y la verdad estaba incurriendo en ese pecado. La organización y el orden de las cosas era lo que me había mantenido siempre a salvo de los ojos indiscretos de las autoridades, pero ahora la cosa había dejado de ser así.
En el hotel, Marcelo me había informado que mis sospechan eran ciertas y esto solo quería decir una cosa, que nuestro soplón le había informado que nos estaban investigando y eso, a pesar que me produjo un escalofrío por la espalda, no era lo que más me preocupaba, ya que después de todo, no era algo que no pudiese arreglar con algunos dineros y algún que otro movimiento político, lo que más me preocupaba era el hecho de que así fuera, de la desprolijidad cometida y de mis desatenciones como líder de mi organización de la cual dependían muchas familias.
Por éste hecho, tenía la necesidad de enumerar los sucesos tal como se habían ido dando, a modo de tener una idea más cabal de todo lo que estaba aconteciendo. Este factor me ayudaría en la toma de decisiones y en la proyección de mis acciones futuras.
En cuanto Ire se retiro, pidiendo disculpas abandone a Sol con Nizuka, escuchando de su parte las expresas órdenes al personal a cargo de la seguridad de su “Clienta” como ella la llamaba, de no pasarle ni comida, ni agua, solo a cuenta gotas. Si quería estos privilegios, Sol debería de ganárselos cumpliendo las órdenes que Nizuka les daría el su próximo porvenir.
Posteriormente me encerré por unos instantes en mi cuarto, con una tasa de café y mis cigarrillos, ese mal hábito que ayudaba a tranquilizarme y a ponerme la cabeza fría.
Me siento al borde de la mesa y con ambas manos sobre mi cabeza, comienzo a recopilar todo lo sucedido hasta ahora mientras lo anotaba en un simple papel.
Lo primero que recuerdo es a Ricardo en esa reunión de egresados de curso y en su contante interés por mí y en sus constantes comentarios acerca de lo interesante que sería hacer negocios juntos, de lo ventajoso que sería para ambos y todo eso.
Segundo, de mis esfuerzos por rechazarlo sin parecer tan descortés. La verdad el tipo nunca me había caído bien. Era muy altanero y fanfarrón. Sus repetidas formas de imponerle al otro su posición era lo que más me repelía de su personalidad, aunque debo reconocer que el tipo tenía formas de atraparte. Como cuando comenzó a contarme en privado y por lo bajo, sus fantásticas historias de sexo duro, dominación y Bdsm que se practicaban en las fiestas que el organizaba en una casa de campo muy lujosa y a la cual acudían toda clase de personas como nosotros.
Debo remarcar que el sexo libre, no era algo que me atrapará por aquel entonces, pero la manera en la que Ricardo lo exponía, lo hacía parecer algo interesantísimo, de lo cual no me debería quedar afuera, según me decía una u otra vez. Claro estaba, que si bien no me interesaba demasiado, era un tema del que no conocía casi nada, por lo que por ahí, fue que me entro el gusano de la curiosidad, curiosidad, que una vez que comenzaba a darme vuelta por la cabeza, no la podía detener. Yo me conocía bien y sabía que no descansaría en paz hasta saber más o experimentar cosas sobre ese tema.
De está forma fue que acepte su invitación a participar en una de éstas fiestas, diciéndome Ricardo, que si me interesaba por ellas, podría inscribirme en su selecto y privado club, eso sí, a cambio de “Favores” que dicho club, o sea él, pudieran necesitar, esto no era otra cosa que el de darle la posibilidad de acceder a mis contactos políticos.
Eso era todo, así de sencillo, como los grandes y prósperos negocios, recuerdo que agrego.
Y así fue, como según recuerdo, ya que fue hace tanto tiempo, que acudí a esa fiesta en donde conocí a Ire. Ella era la chica que me fue asignada como anfitriona y la que me introdujo en el arte del Bdsm.
En esa fiesta debo reconocer que toque el cielo con las manos por primera vez en mucho tiempo. Su porte misterioso bajo esa mascara le daban a Ire el suspenso y el poder justo para jugar con mi voluntad. Y vaya si lo logro. A las pocas horas estaba rogándole, pidiéndole, suplicándole por sus atenciones y no solo me tenía interesado por sexo, tenía la necesidad de saber quien era, a que se dedicaba, lo que le gustaba, lo que necesitaba. Todo yo estaba rendido a sus pies.
De está forma conocí que Ire, esta mujer misteriosa bajo la mascara, era una mujer casada con un tipo que desarrollaba Software, quien no la completaba como persona, que era escritora, autora y que sus sueños eran publicar un libro exitoso. Este hecho puntualmente, me hizo recordar a Sofía, una antigua amiga de Laura a la cual ya no frecuentaba y a la que siempre le había puesto el ojo, pero que al ser amiga de mi esposa, nunca me anime a proponerle nada, pero vaya que si estaba para comérsela, al igual que a mi misteriosa nueva compañera de juegos. Como son las vueltas del destino, pensé entre ocultas y apagadas risas de carácter mental.
En este contexto le ofrecí a Ire de todos mis recursos para cumplir tanto sus sueños como los de su marido, del mismo modo que ella podría cumplir mis deseos. Aun me acuerdo de nuestro primer acuerdo: Sus conocimientos por mis recursos.
“Como podré pagártelo” me dijo a lo cual le respondí: “Con carne… Con carne” y por lo cual le desprendí múltiples carcajadas por la ocurrencia.
Este hecho desencadeno en el llamado que Ire le realizo a Orianne, mi nueva secretaria, luego de que Marcelo despidiera a Rox, por encontrarla en forma sospechosa espiando entre mis cosas y papeles, y que a su vez, fue el motivo por el cual, según me contaría Ire en mi casa los otros días, Ricardo la relevo de su cargo, siendo todo esto, el resultado de las fotos comprometedoras que Rox hiciera sobre aquel encuentro en el restaurante.
Rox quería demostrarle a Ricardo, que aun podía hacerse de elementos comprometedores para mí sometimiento y de paso chantajear a Ire para que desista de ocupar su puesto frente a su Amo Ricardo, saliéndose de esta forma, de las tareas menores que éste le había asignado luego de que Marcelo la despidiera y la sacara del centro de la escena.
Así fue que me encontré con ella, con Ire y su marido en aquel legendario restaurante, momento en el que se desencadenaron nuestro juegos por fuera del club de Ricardo y vaya que me sorprendí al reconocerla. Ella no era otra que ésta hermosa y antigua amiga de mi esposa.
No podía creer mi suerte. Ahora no solo Ire o Sofía, como se llamase, completaría mi deseo y mi curiosidad, sino que además me sacaría aquel viejo morbo que guardaba entre mis memorias. Si bien ella había cambiado mucho en sus facciones, seguía poseyendo aquel cuerpo legendario con el cual yo me había obsesionado bajo el telón del disimular frente a mi amada esposa. - ¿Pero que hacía ella con Ricardo? Eso me develo el pensamiento.
Recordando esta situación entre Ire y Ricardo, y de las experiencias vividas con mi nueva vieja amiga, acudieron como pesadillas, las imágenes de mi sometimiento y de las vejaciones que sufrí bajo sus mandos.
Si bien ella ya se había escusado frente a mí, los otros días en mi casa, diciéndome que todo había sido producto del incumplimiento con lo que teníamos pautado y de mis estupidos juegos con su marido, era algo que no me lo podía sacar de la cabeza.
Ella tenía la razón, las cosas eran así tal cual ella me lo decía. Yo había prometido algo y no lo había cumplido. Yo la había traicionado primero y como resultado obtuve su incapacidad de alejarse de su Amo Ricardo y de su esposa Sol, para obtener lo que tanto deseaban y que yo le había negado.
Ella ya me había pedido disculpas, incluso, alegando que ella me lo había advertido con esa nota en el parabrisas de mi coche momentos previos a que me presentara en aquel salón en el que me vejaron y humillaron tan asquerosamente. Eso era algo que le tenía que reconocer después de todo.
Pero si esto era así - ¿Que le había hecho cambiar de parecer a Ire? - Pensaba entre líneas, solo para analizar sus propias palabras, en las que me afirmaba que se había dado cuenta luego de aquella dramática situación, de que al estar conmigo, de mi lado, era donde ella quería estar. Traduciendo todo esto, en que también se había dado cuenta de que su Amo y Jefe Ricardo, no tenía ninguna intención de cumplir con las promesas, aquellas que Sol le había hecho al momento de que pautaran su entrega a su marido Ricardo.
De eso se había percatado, por el cambio de actitud de Ricardo, ni bien éste obtuvo lo que tanto necesitaba, el video comprometedor que tanto necesitaba para doblegarme y convencerme, mediante el chantaje, que accediera a brindarles mis favores políticos en post de sus objetivos económicos.
Ésta circunstancia era la que la había hecho reflexionar a Ire, lo que la había hecho volverse atrás, como así también, la que le había salvado su vida. Las vueltas del destino, sin dudas jugaban a favor de su suerte.
Ahora todo estaba más claro. Ahora ya sabía como seguir con mi juego.
Con esto en mi cabeza salí de mi cuarto al encuentro con mi prisionera. Al llegar le informe a Marcelo que fuese al punto seis y que me informase sobre los avances logrados por los muchachos y que desde allí llamase a Fabio, mi contacto de la Side, para conocer los últimos movimientos de Ricardo, necesitaba toda la información disponible para intentar maniobrar con mas certezas que incertidumbres.
A eso me refería al ponerme al tanto con los planes de Nizuka para doblegar el cuerpo y la mente de Sol, y vaya que esta chica valía hasta el último de los centavos, su trabajo era escalofriante, pero más escalofriante era su cara de deseo en querer concretarlos
M: Nizuka. Como ya te he dicho mil veces. Tu si que eres la clase de persona que disfruta con su trabajo. Le indique, obteniendo una mueca de media sonrisa como respuesta.
En cuanto a los avances. Nizuka ya había rasgado sus ropas, ahora agregaba a su tortura de Sol, el sufrimiento de sentirse observada y expuesta a los ojos de sus captores, pero que era sin dudas otro de los elementos de inhibición. Desnuda no querría salir de donde estaba, claro estaba, cosa que aunque quisiese no podría hacerlo.
Una y cien veces, el resplandor del flash de la cámara de fotos le informaba a nuestra inhibida Sol, que sus vergüenzas estaban siendo retratadas para la posteridad. En ese momento Nizuka le arroja sus primeras palabras en mi presencia:
N: Temor a ser visto y vergüenza a ser reconocida.
Ese era el segundo paso de una larga lista de 40 Ítem que contenían los secretos del arte de los porque nos daría el regalo de su voluntad en nuestras manos.
El primer paso había sido seguramente “El hambre y la sed, son malas e ingratas compañeras”. Nizuka había definido su quiebre en post de un informe alcanzado por Marcelo. Sol era un mujer a la nunca le había faltado nada, por lo que desconocía los estragos que el hambre y la sed pueden hacer en las personas con el correr de los días.
Con esta idea de tranquilidad y parsimonia me fui a mi cuarto junto con Nizuka, la que como si fuera un chiste, antes de acostarse ejecutaba un ritual de paz y relajación para encontrarse con su yo interior. Nizuka tipas raras si las había.
Así fueron pasando los días en la estancia. Era el amanecer del tercer día de la segunda semana con Sol. Mis negocios y mis asuntos iban todos con vientos de cola y Sol poco a poco iba respondiendo al tratamiento.
Luego de los primeros pero extensos tres primeros puntos del tratamiento de Nizuka, la soledad, el hambre y la sed y la privación del sueño a través de los insoportables sonidos agudos y graves que le brindaban sus auriculares, Sol ya estaba en el estado tres de su tratamiento. Ya la lucha por escaparse o la esperanza de ser rescatada habían sido superadas, al igual que su semblante y su lucha para resistirse a su “Captora” siendo este un nombre clave en su procedimiento, el cual pasaba de “Captora” a “Instructora” y de ésta a “Ama”.
Ahora de la antigua y dulce Sol, Solo quedaban las sombras ocultas bajo el temor de su Dulzura. Sobre esté foco se apuntalarían los próximos pasos de Nizuka. El interrogatorio estaba a punto de comenzar.
N: Sol ¿Estas segura de que no quieres algo de comer o de beber? Siente el aroma de éste tentadora hamburguesa o el sonido y la frescura del esta agua. Sol bajo sus vendas y ataduras rompió su voluntad.
S: Si por favor. Dame agua… Dame agua.
N: ¿Sabes lo difícil que es conseguir agua aquí a donde estamos? ¿Que me vas a dar a cambio?
S: Lo que quieras… Lo que quieras…
N: OK. Al escuchar su elección. Nizuka desato la venda de sus ojos, poniendo a escasos centímetros de su alcance ambos alimentos. En cuanto Sol recupero sus capacidades de visión, primero observo aterrada a sus encapuchados captores, para luego dirigir la vista hacía sus deseados objetivos, la comida y aquel simple vaso de agua que estaban por el momento y a pesar de sus denodados esfuerzos, fuera de su alcance:
S: ¿Que hacen? ¿Que hacen? Dénmelos… Dénmelos. Rogaba nuestra cautiva.
N: ¡No! Primero las damas. Le remarco.
S: Bueno ¿Pero que quieren?
N: ¿Que quieren? No ¿Que quiero? Quiero que me digas todo sobre tu marido. Eso quiero. Y si estoy conforme ya veremos. Pero si me ocultas algo por más pequeño que sea, te prometo que seguirás así por unos días más. Quien sabe como seguiremos después si es que sobrevives. Créeme que pocas personas lo han logrado. Ese sería un lindo desafío para presenciar. Le explicaba Nizuka muy calmada y pausada en sus palabras. Por lo tanto Sol enloquecía.
S: No… No… Te lo diré todo… Te lo diré todo.
N: Pues empieza. Tienes una hora. Por lo que te recomiendo que aproveches todo ese tiempo. Se breve pero contundente. E que puedes hacerlo. Si en ese lapso de tiempo, has omitido algo, te prometo que habrás reprobado la prueba y te quedaras sin lo que tanto deseas.
Tiempo…
Su orden fue como mágica. Sol empezó a escupir, casi sin respirar en esa hora, todo cuanto eran, desde el día en que conoció a Ricardo hasta lo que le dijo la ultima vez que le vio, pasando por su club, sus negocios, los que estaban a la vista y los otros, su fortuna, sus inversiones, las cuantas en los bancos, todas las claves, desde las de banco hasta las de sus cuantas de E-mail, quienes eran sus amigos, quienes sus enemigos, etc., etc., etc.
Al terminar a la voz de “Tiempo” marcado por Nizuka, Sol retomo el aire y trago la saliva, que por no parar de hablar caían por su boca. Y así miro a captora que la observaba con mucha calma y atención.
Nizuka con un pie corrió solo un centímetro el plato en el que se encontraba, el ya helado sándwich de hamburguesa, pero el centímetro suficiente para que Sol se pudiese hacer de ella. Juro que nunca vi a nadie tragarse en apenas dos bocados y en forma tan asquerosa una hamburguesa.
S: El agua… El agua… Reclamaba por su bebida.
N: ¿Quieres agua?
S: Si… Por favor… Por favor.
N: OK. Pues toma… Bébelo. A Esto, Nizuka, tira con su pie el vaso de agua al piso, desparramando todo el líquido por el piso. Claro está, que al estar atada Sol, solo podía observarlo desde su lugar sin poder acceder a él, por lo que desorientada como estaba, la cautiva comienza a observarla con desesperación.
S: No llego… No llego. Le suplica. Nizuka comienza a reír, sabiendo que otro paso más de objetivo estaba cumplido. Sol no había puesto una sola queja al tener que lamer todo el piso para conseguir lo que quería. Su queja era solo que no contaba con los medios para poder realizarlo.
Con esta etapa alcanzada le contesto:
N: Tranquila tu instructora te dará lo que te has ganado.
Dicho esto, se dirigió en busca del accesorio para dar paso a su próximo punto, una manguera. Pero antes de abrirla le indico:
N: El agua y la erosión es una fuerza que modela hasta las más duras de las piedras.
Paso siguiente, un fuertísimo chorro de agua a presión impacto sobre su rostro y sobre todo su cuerpo desnudo, solo cubierto por el tensor de las cuerdas que aprisionaban su cuerpo sobre la silla. Sol no paraba de gritar, intentando tragar cuanta gota de agua se estrellaba contra su rostro.
N: Eso es todo por ahora, dulzura.
Tercera semana. Primer día.
N: Buenos días… Buenos días. ¿Cómo ha dormido mi dulce niña?
Al escucharla, Sol solo podía balbucear alguna que otra palabra. El frío le hacia temblar todo su cuerpo desde la punta de los oscuros y azulados dedos, hasta su delgado y hambriento estomago.
Hoy, Sol se encontraba atada de manos y con ellas colgadas de un gancho que la sostenían al techo, llegando solo al piso en puntas de pie si es que no quería quedar colgando por los aires.
N: ¿Quieres un abrigo cariño?
S: Si… Sipppp. Si…
N: ¿Pero para que? Mira nomás como te has ensuciado toda a pesar de que te he bañado día tras día. Nizuka hacía hincapié en remarcarles las vergüenzas en las que Sol, al estar atada e imposibilitada, incurría para evacuar sus necesidades fisiológicas.
Esto ya era casi un procedimiento rutinario que le daba a Nizuka la posibilidad de que Sol, para eliminarlas le rogara por su baño matutino. Ese mismo que posteriormente la torturaba con las agudas agujas que le causaban el frío y su falta de abrigo.
S: Si… por favor… rrrrr… rrrr… Dame algo para el frrrrr…. Frío. Dime que quierrr… rrrr… es que haga y lo harrrrr… re.
N: Muy bien Sol. Veo que estas dispuesta hoy… No como en estos últimos días. OK. Le respondió con una tierna y calida sonrisa, esa misma que le ofrecía cada vez que Sol cedía a sus pedidos. Si quieres calor… Eso será lo que hoy obtengas.
Ni que decir a lo que me refiero. En lo que quedaba del día, como por el resto de la semana, Sol fue sometida a toda clase de vejación de carácter sexual, que van inicialmente de múltiples orgasmos forzados, hasta posteriormente incontables y casi contantes violaciones por parte del personal masculino y femenino que Nizuka administraba bajo sus ordenes.
Todo, yendo desde sexo oral dado y ofrecido por Sol, como penetraciones anales o vaginales o ambas al mismo tiempo, fue la carta del menú que le conseguía el abrigo que Sol suplicaba una y otra vez, tras su baño matutino.
Cuarta semana. Primer día.
Nizuka llega al encuentro con Sol, un nuevo día comenzaba y una formación que ya llegaba a su fin, iban dando señales de sus objetivos cumplidos.
Hoy, Sol se encontraba esposada en su muñeca, solo con unos de sus brazos, al caño que iba desde el piso hasta el techo y que encontraba justo en el medio del precario sótano.
Su acciones le habían dado el merito de ir ganando comodidades, como por ejemplo un pequeño colchón en el piso en el que pudiese recostarse por las noches, si es que podía dormirse con las voces que resonaban en sus auriculares, esos que, en los primeros instantes de su liberación, había intentado sacarse, pero que Nizuka al retirarle privilegios, Sol le había pedido, casi rogado por que se los pusiera nuevamente, aun soportando aquellas voces que le repetían una y otra vez en primera persona lo puta que era y todo lo que se merecía, como lo que se esperaba de una golfa como ella. Esas mismas voces que Sol, casi sin percatarse, como si de una canción se tratase, cantaba todas las noches al tiempo que se iban clavando muy profundo por repetición dentro de su confundida mente.
Luego con el amanecer venia su desayuno, el que no hacía más que tragarse, sea cual fuese el alimento que Nizuka le ponían delante, sin importarle su condición o como estuviera servido o que generalmente era acompañado por elementos humillantes como semen de hombre o de algún animal de la estancia. Eso si, a pesar de su desesperación por lo pequeña de su ración diaria, Sol había aprendido, tracción a azotes, a tomarla con la delicadeza de sus mejores días. Después de todo, una dama es una dama. Le anteponía Nizuka como quien reta a una de sus hijas pequeñas en instrucción.
Luego de su baño llegaban sus ropas, compuestas por pequeños vestidos, careciendo por completo de ropa interior alguna, no hacían más que remarcar su nuevo cuerpo, Sol había perdido cerca de 20 kilos en estas tres semanas y sus contantes, como sorpresivos y excesiva rutina de ejercicios iban modelando con esfuerzo y algo de dolor, el cuerpo que Nizuka deseaba para sus esclavas.
N: Bueno Sol. En esta oportunidad me hablaras de tus amigos y tus parientes… Quiero saber todos de ellos… Todo.
Como era costumbre. Sol empezó a describir, sin que hiciera falta volvérselo a pedir y con lujos de detalles, todos los movimientos de sus amigos y parientes. Todo cuanto estuvo a su alcancé le fue dicho a su instructora. Nizuka ya había aprendido a notar cuando mentía, como así también a castigar los intentos con una lluvia de decenas y decenas de azotes y castigos. Aunque debo remarcar, según me lo comunico, que era un recurso que casi nunca había tenido que utilizar, solo alguna que otra vez, algunas incluso por pura diversión y entretenimiento. Sol era de las que directamente se negaban a declarar o a realizar, pero en cuanto lo hacía era clara y transparente.
Obviamente, en cuanto terminó de hacerlo, ya Nizuka tenía vida y obra de sus amigos y parientes, por lo que prosiguió con la última etapa de su segundo y penúltimo procedimiento “La instrucción”.
N: Veras Sol. Sinceramente tus amigos y parientes de seguro que no son personas que ahora te quieren, más por lo que eres y como eres. Pero si hoy lo deseas, por primera vez desde que estas aquí, les dejaremos ver que aun sigues con vida.
Claro está, que para eso le tendríamos que mostrar todo el tratamiento y el proceso de formación y de información por el que has tenido que transitar, así como por las duras pruebas que has ido superando y que son el resultado de tu nuevo yo.
Sol al comprender a lo que Nizuka se refería - luego de un tiempo en el que no hacía más que repetir como una autómata las voces que los auriculares ya apagados, dejaban noche tras noche en su cabeza - pareció despertarse de su sueño para estallar por los aires en una especie de pico de histeria.
S: NOOOOOO… NOOOOO… Por favor… Por favor… No le muestren nada… No le muestren nada a nadie… Por favor…
N: ¿Pero que pasa Sol? ¿No los extrañas? Ellos sin dudas te aceptaran como eres ahora. Ellos entenderán por lo que has pasado y te apoyaran en tu recuperación, si es que puedes recuperarte.
S: No instructora. No se los muestren. No quiero que ellos me vean así. No quiero que me vean más.
N: ¿Que pasa Sol? ¿Te avergüenzas de quien eres? Le remarcaba su instructora en el final de su proceso formativo.
S: NOOOO. Solo que ellos no entenderían. Ellos ahora solo me harían daño.
N: ¿Vez? ¿Comprendes ahora? Al final la única que te acepta como eres, seas lo que seas, soy yo tu Ama.
S: ¿Mi ama?... Pensó… Si mi Ama es la única que me quiere sea lo que sea.
N: Si tu Ama te quiere seas como seas Sol. Y esto es así porque eres de mi propiedad ahora.
S: ¿De su propiedad?... Volvía a repetir como intentando comprenderla. Si Sol es de su propiedad ahora mi Ama.
N: Si que lo eres preciosa. Si que lo eres y como tal, eres libre de servirme y obedecerme si eso es lo que quieres
S: Si Ama. Es lo que Sol desea. Servirle y obedecerle. Nizuka al escucharle decir lo que esperaba, le dio paso a su última parte del proceso. Y hecho esto, libero su brazo de las esposas que la sujetaban al caño.
N: Pues deberás aprender a hacerlo si no quieres que me enoje contigo. Ya sabes si no eres digna de serlo te tendré que devolver con los malvados y despreciables seres con las noticias de tu formación, los que seguramente por ello ya no te querrán y te quedaras sola por el resto de tu vida.
S: NOOOO MI AMA. POR FAVORRRRR. SOL ES DE PROPIEDAD Y SOLO DESEA SERVIRLE Y OBEDECERLE.
N: Pues, si es así, bésame los pies… Pero apúrate que luego debemos empezar con tu nueva modelación a mis gustos y placeres.
Juro que en cuanto le vi a Sol inclinarse a los pies de Nizuka con una devoción solo digna de un apóstol hacía su líder y formador religioso, simplemente no lo podía creer. Como les dije, sin dudas ahora si que Nizuka disfrutaría del esfuerzo de su trabajo, Había logrado ganarse a alguien como Sol, una de las mujeres más ricas e influyentes del país, como una de sus recientes súbditas y esclavas. Sin dudas mi inversión en Nizuka había sido más que redituable, ya que en breve sería yo la que gobernase su fortuna a través de Nizuka, mi especialista, despojándole de esta forma a Ricardo de la última pizca de poder que manejaba entre sus manos.
También presencie, en lo que quedaba de la semana como Nizuka iba moldeando con la hipnosis las voluntades y las formas de Sol. Todo lo que ahora yo desease de mi Cautiva, era fácil de conseguir con tan solo una palabra clave.
M: Muy bien Nizuka. Hemos finalizado. Aquí esta tu pago, tal cual lo había prometido. Francisco entrega a Sol. Ya es tiempo de que Ricardo se encuentre con su amada esposa. Le ordene entre risas. Tu Nizuka ven conmigo y Marcelo. Creo que todo esta listo para nuestro próximo paso… Mi querido amigo Ricardo.
En cuanto llegamos a destino, deje a Nizuka con Marcelo en el punto seis. Era hora de ir tras mi querida Ire. El tiempo que hacía que no la veía, así como por el morbo contenido al ver las artes de Nizuka y su despliegue de poder, no hacían más que hacerme sentir muy poderoso y eso solo se calmaban con una sola cosa, mi sumisión para con ella, solo así obtendría el equilibrio que necesitaba.
Entro al sitio definido y allí me estaba esperando mi Reina.
M: Hola Ire. Aquí llegue. Perdón por el retraso. Eso es todo lo que le indique, eso es todo lo que dije. ¿Su respuesta? Un duro cachetazo me cruzo la mejilla y fue tan fuerte que me dio vuelta la cara.
Acariciándome la mejilla, como quien intenta apaciguar el calor sembrada en ella por su mano, es que también noto como con rudeza me toma del miembro para estrujármelo entre sus dedos.
I: ¡¡Ahora!! Arrodíllate bastardo. Eso escucho de su voz al tiempo que noto como comienza a desprenderse los botones de su blanca blusa y observando ese horizonte y ese destino es que voy pensando… Me puedes… Me puedes…
Continuará…
matiasx- Autor@
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 19/07/2012
Edad : 48
Localización : Cap Federal
Nota de autor
Les aseguro que luego de escribir esta parte tengo que hacer rehabilitacion en los dedos jajaja.
Largaaaaaaa. Ojala la mia sea así... pero nop. Y bue´ Me conformo con lo que hay jajajaajajaja.
Aprovecho y les dejo un beso a todas.
muaaaaaa
Mat.
Largaaaaaaa. Ojala la mia sea así... pero nop. Y bue´ Me conformo con lo que hay jajajaajajaja.
Aprovecho y les dejo un beso a todas.
muaaaaaa
Mat.
matiasx- Autor@
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 19/07/2012
Edad : 48
Localización : Cap Federal
Re: Fantasías compartidas
ohhhhhhhhhh aunque para ti Matias fue larga para mi nooooooooooooo muchaas gracias por hacernos felices un rato
sole- Mensajes : 96
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Localización : ASTURIAS
Re: Fantasías compartidas
Ahhhhlarga...y dura, hubo momentos en que corrio un frio...como se dio vuelta este relato, ajjaa.
Muy bueno Matias, me he quedado sin palabrs, espero lo que sigue, gracias.
Muy bueno Matias, me he quedado sin palabrs, espero lo que sigue, gracias.
Rochi 61- HC
- Mensajes : 743
Fecha de inscripción : 17/07/2012
Localización : siempre aca
Así me dejó el capítulo...
[Solamente los administradores pueden ver esta imagen]
Ire@- Administradora
- Mensajes : 307
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Edad : 48
Localización : Baires
Re: Fantasías compartidas
Ireeeeeeeeeeee no vemos nada en tu mensaje ........ solo la dichosita frase
sole- Mensajes : 96
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Localización : ASTURIAS
Re: Fantasías compartidas
Matias jo...... pobre Sol, que manera de atormentarla, despues de leer esto espero que Ire te o no, nunca se sabe aqui como va a seguir la historia .
Ire te toca....
a los dos
PD Ire yo tampoco veo nadaaaaa
Ire te toca....
a los dos
PD Ire yo tampoco veo nadaaaaa
aliassara- Mensajes : 181
Fecha de inscripción : 16/07/2012
Edad : 44
Localización : delante del pc
Fantasías compartidas
Como van canviando las cosas cada vez se enredan más , que retorcida nizuka, muyy malo Matías como has puesto a la pobre Sol , esto promete ,Ire no se ve nada pone lo mismo de siempre , te toca , hazselo pasar un poco mal a este hombre tan malvado[Solamente los administradores pueden ver esta imagen] (en el relato se entiende) .Besos
jazmin69- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 18/07/2012
Localización : España
ohhhhh!
Mer, me he quedado sin palabras... quería leer, pero no quería. Leía, y no leía al mismo tiempo. Escalofríos varios... uuu! esperando la continuación.
andripili- Mensajes : 136
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Re: Fantasías compartidas
Estuve revisando la configuración del foro, para ver por qué no ven las imágenes... ¡¡y no pude arreglarlo!!
¡¡No sé qué hacerrrrrrr!!
Bueno, aunque no las vean, por lo menos pueden leer la continuación de la historia.. (y hoy estoy buenita de nuevo)
Mi parte:
De rodillas ante mí, Matías era encantador. Segura de merecerme una compensación por los días vividos, llenos de idas y venidas, me dispuse a disfrutar de ese macho sumiso a mi disposición. Me senté en un sillón y lo miré severa.
—Quítame los zapatos y atiéndeme como te he enseñado.
Sus ojos brillaron con lujuria y eso me encantó.
Matías quitó uno a uno mis zapatos y los depositó a un lado con reverencia.
—Ahora las medias.
Suavemente deslizó sus manos por debajo de mi falda hasta llegar al broche del liguero. Lo desprendió y con delicadeza fue deslizando una media a lo largo de mi pierna. Luego la otra, con la misma lentitud.
Él sabía lo que yo esperaba, cuando le di su primer entrenamiento, lo primero que le enseñé fue a adorar mi cuerpo y servirme.
Con cuidado, comenzó a masajear mis pies, adorándolos como si fuesen los de una diosa. De a poco, fue ascendiendo por mis pantorrillas, depositando suaves besos a lo largo de mi pierna. Cuando llegó a la parte superior de la rodilla, me miró a los ojos con una pregunta dibujada en los suyos.
—Adelante —concedí, y Matías llevó sus manos al dobladillo de la falda y la levantó un poco para continuar con su exploración.
Manos y boca se conjugaban para darme un placer que sólo un sumiso sabe darle a su Dueña. El placer de la adoración y la entrega a ella.
Acaricié sus cabellos mientras lo observaba, dándole algún que otro tirón de pelo cuando su boca se volvía hambrienta, para recordarle que aquí, no se trataba de lo que a él le gustaba, sino de lo que quería yo, y en ese momento, yo quería devoción.
Lo sentí estremecerse al aspirar el aroma de mi excitación y vi un brillo en sus ojos, ese brillo que el sumiso tiene cuando se sabe diestro en complacer a su Dueña.
Sonreí para mis adentros; Matías era un maldito orgulloso y muy pagado de sí mismo. Sabía que estaba haciendo un buen trabajo y se vanagloriaba de ello. Lo tomé de los cabellos y forcé su cabeza hacia mi entrepierna, pero negándole el privilegio de tocar la ardiente piel de mi coño. Debía ganárselo primero.
—¿Cómo ha resultado el asunto de Sol? —le pregunté a quemarropa.
Me miró aturdido, intentando concentrarse en la pregunta.
—Bien —respondió—. Nizuka ha estado maravillosa —dijo con voz ronca.
—Hmmmm, que bueno —contesté con un ronroneo, pero sin dejar de preocuparme por ella.
El mierda de mi jefe me había encargado que velase por ella, que a pesar de todo, Sol tenía que salir indemne de todo esto. Pero bueno, algunas cosas no siempre salen como se quiere. Sólo esperaba que no me culparan a mí del quiebre de esa mujer.
Había pasado días viviendo sobre el filo de la navaja. Tuve que volver a mi actuación ante Ricardo para disimular, pero me di cuenta de que ya no era lo mismo. Él sospechaba de mí, eso era evidente, y yo no sabía cuánto tiempo más podría seguir fingiendo.
Marisela, su secretaria, me informó que Ricardo había mandado investigarme… bueno, no encontraría más que lo que mi bien armada fachada le diría… no había ni una remota posibilidad de que descubriera que “Irene” no existía como persona real.
La húmeda lengua de Matías me sacó de mis ensoñaciones. Le di una bofetada por su osadía y se estremeció. Realmente no era masoquista, pero a mi me gustaba jugar con ese límite en él.
—Basta —exigí—. Quítate la ropa ahora mismo.
Obedientemente, Matías se puso de pie y comenzó a desabrocharse la camisa con la vista clavada en el suelo. Que placer era ver su cuerpo revelándose lentamente ante mi escrutadora mirada. Tenía planes para él y quería llevarlos a cabo tal y como los había diagramado en mi mente.
Lo llevé hacia la cama, lo hice arrodillar en el centro con las piernas separadas. Até sus brazos a la espalda con una áspera soga de cáñamo y cubrí sus ojos con un pañuelo de seda negro.
Del minibar de la suite tomé un vaso con hielo. Él estaba excitado, su pene se alzaba orgulloso y no pude resistir la tentación. Tomando un cubo de hielo, rocé despacio la punta de éste.
Dio un salto por la sensación, la falta de visión le había impedido saber a qué atenerse y su reacción fue deliciosamente caliente. Me encantaban esos juegos. Continué mi tortura con el hielo hacia sus pezones, sus testículos, acompañando cada pasada de frío con un arañazo de mis uñas en la zona. Cuando dejé deslizar el hielo a lo largo de su columna, desde el cuello hasta la raja de su culo, se estremeció aún más. Me coloqué detrás de él, llevando una mano a su miembro y la otra, con el hielo, a la abertura de su ano.
El hielo ya se había derretido bastante en las aristas, así que mientras masajeaba su pene, lo fui deslizando dentro de su culo muy lentamente.
Matías gimió pero no se movió, se dejó hacer como era mi deseo, y yo continué mi asalto sobre él. Cuando el hielo hubo entrado por completo, la piel de gallina dominaba todo su cuerpo. Apreté su pene en mi mano y comencé a masturbarlo. Él jadeaba entrecortadamente, lo que me hacía mojar las bragas de deseo, y cuando sentí que ya estaba al borde del orgasmo, me detuve.
Excitado y dolorido, con sus bolas a punto de explotar, desaté sus manos y lo tumbé en la cama.
—Ahora, si quieres correrte, debes ganártelo —le dije al tiempo que me quitaba la ropa por completo y me acomodaba sobre su cara.
Su boca encontró mi coño al instante, comenzando a lamer reverentemente y suspirando de placer. Su lengua era experta, sin dudas sabía lo que hacía y eso era más excitante aún. De a poco fue conduciéndome a ese punto placer que necesitaba, ascendiendo cada vez más alto en esa escalada de goce que me haría explotar. Cuando el orgasmo tan sabiamente construido, me envolvió, gemí con desesperación. Necesitaba más y lo necesitaba al instante. Estirándome hacia la mesita de noche, tomé un preservativo y rápidamente enfundé su falo, montándome sobre él en un solo movimiento que nos dejó a los dos jadeando.
Con sus manos en mis caderas, Matías se sacudía debajo de mi cuerpo, necesitando una fricción más fuerte. Yo corcoveaba y mantenía un ritmo estable, hasta que el segundo orgasmo estuvo casi a punto de estallar. Aceleré entonces, deslizándome sobre su verga y frotándome contra su pecho hasta alcanzar nuevamente, ese delicioso placer.
Lo sentí tensarse debajo de mí, explotando en mil pedazos y llevándome a un abismo de placer que me dejó sin respiración.
Cuando mi corazón recuperó su ritmo normal, me levanté y me dirigí al baño, dejándolo tirado allí, con el cuerpo sudoroso y el condón puesto. Desde la ducha pude escuchar el sonido de su teléfono celular y la voz quebrada de Matías al contestar.
Imaginaba de qué se trataba, seguramente era Marcelo, su guardaespaldas y principal lacayo, un gorila bastante despreciable que no me había gustado nada desde el principio.
Cuando salí de la ducha, comencé a vestirme mientras Matías me observaba.
—¿Algún problema? —le pregunté.
—No, todo está bien —respondió, pero supe que me estaba mintiendo—. Debemos volver.
Algo había ocurrido y necesitaba saber qué era. Pero primero tenía que dejarle varias cosas en claro a Matías, así que una vez vestida, me acerqué a él y lo jalé del cabello.
—Escucha —le dije—, cuando quedamos en estar juntos en esto, acordamos sinceridad, ¿recuerdas? Así que dime qué es lo que sucede.
*****
Marisela entró a la oficina de Ricardo llevando en sus manos el informe del investigador. Antes de entrar lo había revisado y no había nada que no supiera, así que lo dejó sobre su escritorio mientras Ricardo hablaba por teléfono.
Desde el secuestro de Sol, Ricardo había estado hecho una furia, y no quería hacer nada que lo incomodara en lo más mínimo, o se desquitaría con ella. Ya había cometido esa equivocación, y el castigo que el hijo de puta le dio, era algo que aún le daba pesadillas.
El informe no decía mucho: Irene, licenciada en Letras, era una escritora casada con un desarrollador de software de poca monta, no había demasiados datos de años anteriores, como si su vida hubiese comenzado sólo diez años atrás. Sin parientes vivos, sin referencias laborales hasta el año 2000… Irene aparentaba haber sido sólo una esposa, un personaje en las sombras hasta que comenzó a trabajar en un periódico local.
A partir de allí, había datos de sobra.
A Marisela no terminaba de cerrarle el tema, pero le había informado a Ire de la investigación que Ricardo estaba haciendo, como agradecimiento por los favores prestados cuando necesitó un ascenso en las oficinas de Ricardo. Sospechaba que algo había detrás, pero aún no estaba segura si debía inmiscuirse o no.
Sin molestar a su jefe, Marisela abandonó la oficina y cerró la puerta.
Ricardo abrió el sobre que su secretaria dejó en el escritorio. Fue ojeando página por página la información y se sintió muy decepcionado. Había esperado encontrar algo relevante, pero era más de lo mismo que había leído del primer informe que pidió sobre ella, hacía unos cuantos años atrás, cuando la conoció.
Su problema era ¿podría confiar en ella? Una cierta desconfianza se había comenzado a afianzar en él, pero no tenía una sola prueba que le asegurase nada. Su intuición le decía una cosa… ella no era quién decía ser, y cada vez se convencía más de eso.
****
Carlos estaba sentado en la cocina del departamento que compartía con Ire. Esperaba instrucciones de sus superiores sobre los pasos a seguir, pero no había podido comunicarse con ella para ver que fue lo que había sucedido. La mañana que llegaron esas fotos a su casa, comenzó su calvario. La misión se había salido de madre y no estaba seguro de cómo seguirían las cosas. Ella era la que manejaba todo, la que decía cómo se debía actuar. La investigación, que en un principio comenzó siendo sobre la desaparición y asesinato de una joven escritora que trabajaba en la empresa de Ricardo, había develado todo una organización mafiosa que el gobierno necesitaba neutralizar a toda costa.
Cinco años. Habían trabajado cinco años en ese caso y cada día que pasaba, descubrían cosas más aterradoras. Ricardo, su esposa Sol, las empresas que él manejaba, el periódico y el monopolio editorial que el tipo tenía, escondían toda una trama que se remontaba a esos fatídicos años de dictadura militar en el país, donde ciertos ricos y poderosos jugaron a ser dioses, haciendo y deshaciendo a su antojo.
Un leve golpe en la puerta lo sobresaltó. Se acercó con el arma en su mano y observó por el visillo.
Jfl, su contacto.
Abrió la puerta y ella se deslizó rápidamente.
—Carlos, necesitamos contactar con Ire, esto es urgente. El jefe acaba de recibir información nueva que pone en peligro toda la misión. Necesitamos encontrarla lo antes posible, a ella y a Matías. Sus vidas corren peligro.
¡¡No sé qué hacerrrrrrr!!
Bueno, aunque no las vean, por lo menos pueden leer la continuación de la historia.. (y hoy estoy buenita de nuevo)
Mi parte:
De rodillas ante mí, Matías era encantador. Segura de merecerme una compensación por los días vividos, llenos de idas y venidas, me dispuse a disfrutar de ese macho sumiso a mi disposición. Me senté en un sillón y lo miré severa.
—Quítame los zapatos y atiéndeme como te he enseñado.
Sus ojos brillaron con lujuria y eso me encantó.
Matías quitó uno a uno mis zapatos y los depositó a un lado con reverencia.
—Ahora las medias.
Suavemente deslizó sus manos por debajo de mi falda hasta llegar al broche del liguero. Lo desprendió y con delicadeza fue deslizando una media a lo largo de mi pierna. Luego la otra, con la misma lentitud.
Él sabía lo que yo esperaba, cuando le di su primer entrenamiento, lo primero que le enseñé fue a adorar mi cuerpo y servirme.
Con cuidado, comenzó a masajear mis pies, adorándolos como si fuesen los de una diosa. De a poco, fue ascendiendo por mis pantorrillas, depositando suaves besos a lo largo de mi pierna. Cuando llegó a la parte superior de la rodilla, me miró a los ojos con una pregunta dibujada en los suyos.
—Adelante —concedí, y Matías llevó sus manos al dobladillo de la falda y la levantó un poco para continuar con su exploración.
Manos y boca se conjugaban para darme un placer que sólo un sumiso sabe darle a su Dueña. El placer de la adoración y la entrega a ella.
Acaricié sus cabellos mientras lo observaba, dándole algún que otro tirón de pelo cuando su boca se volvía hambrienta, para recordarle que aquí, no se trataba de lo que a él le gustaba, sino de lo que quería yo, y en ese momento, yo quería devoción.
Lo sentí estremecerse al aspirar el aroma de mi excitación y vi un brillo en sus ojos, ese brillo que el sumiso tiene cuando se sabe diestro en complacer a su Dueña.
Sonreí para mis adentros; Matías era un maldito orgulloso y muy pagado de sí mismo. Sabía que estaba haciendo un buen trabajo y se vanagloriaba de ello. Lo tomé de los cabellos y forcé su cabeza hacia mi entrepierna, pero negándole el privilegio de tocar la ardiente piel de mi coño. Debía ganárselo primero.
—¿Cómo ha resultado el asunto de Sol? —le pregunté a quemarropa.
Me miró aturdido, intentando concentrarse en la pregunta.
—Bien —respondió—. Nizuka ha estado maravillosa —dijo con voz ronca.
—Hmmmm, que bueno —contesté con un ronroneo, pero sin dejar de preocuparme por ella.
El mierda de mi jefe me había encargado que velase por ella, que a pesar de todo, Sol tenía que salir indemne de todo esto. Pero bueno, algunas cosas no siempre salen como se quiere. Sólo esperaba que no me culparan a mí del quiebre de esa mujer.
Había pasado días viviendo sobre el filo de la navaja. Tuve que volver a mi actuación ante Ricardo para disimular, pero me di cuenta de que ya no era lo mismo. Él sospechaba de mí, eso era evidente, y yo no sabía cuánto tiempo más podría seguir fingiendo.
Marisela, su secretaria, me informó que Ricardo había mandado investigarme… bueno, no encontraría más que lo que mi bien armada fachada le diría… no había ni una remota posibilidad de que descubriera que “Irene” no existía como persona real.
La húmeda lengua de Matías me sacó de mis ensoñaciones. Le di una bofetada por su osadía y se estremeció. Realmente no era masoquista, pero a mi me gustaba jugar con ese límite en él.
—Basta —exigí—. Quítate la ropa ahora mismo.
Obedientemente, Matías se puso de pie y comenzó a desabrocharse la camisa con la vista clavada en el suelo. Que placer era ver su cuerpo revelándose lentamente ante mi escrutadora mirada. Tenía planes para él y quería llevarlos a cabo tal y como los había diagramado en mi mente.
Lo llevé hacia la cama, lo hice arrodillar en el centro con las piernas separadas. Até sus brazos a la espalda con una áspera soga de cáñamo y cubrí sus ojos con un pañuelo de seda negro.
Del minibar de la suite tomé un vaso con hielo. Él estaba excitado, su pene se alzaba orgulloso y no pude resistir la tentación. Tomando un cubo de hielo, rocé despacio la punta de éste.
Dio un salto por la sensación, la falta de visión le había impedido saber a qué atenerse y su reacción fue deliciosamente caliente. Me encantaban esos juegos. Continué mi tortura con el hielo hacia sus pezones, sus testículos, acompañando cada pasada de frío con un arañazo de mis uñas en la zona. Cuando dejé deslizar el hielo a lo largo de su columna, desde el cuello hasta la raja de su culo, se estremeció aún más. Me coloqué detrás de él, llevando una mano a su miembro y la otra, con el hielo, a la abertura de su ano.
El hielo ya se había derretido bastante en las aristas, así que mientras masajeaba su pene, lo fui deslizando dentro de su culo muy lentamente.
Matías gimió pero no se movió, se dejó hacer como era mi deseo, y yo continué mi asalto sobre él. Cuando el hielo hubo entrado por completo, la piel de gallina dominaba todo su cuerpo. Apreté su pene en mi mano y comencé a masturbarlo. Él jadeaba entrecortadamente, lo que me hacía mojar las bragas de deseo, y cuando sentí que ya estaba al borde del orgasmo, me detuve.
Excitado y dolorido, con sus bolas a punto de explotar, desaté sus manos y lo tumbé en la cama.
—Ahora, si quieres correrte, debes ganártelo —le dije al tiempo que me quitaba la ropa por completo y me acomodaba sobre su cara.
Su boca encontró mi coño al instante, comenzando a lamer reverentemente y suspirando de placer. Su lengua era experta, sin dudas sabía lo que hacía y eso era más excitante aún. De a poco fue conduciéndome a ese punto placer que necesitaba, ascendiendo cada vez más alto en esa escalada de goce que me haría explotar. Cuando el orgasmo tan sabiamente construido, me envolvió, gemí con desesperación. Necesitaba más y lo necesitaba al instante. Estirándome hacia la mesita de noche, tomé un preservativo y rápidamente enfundé su falo, montándome sobre él en un solo movimiento que nos dejó a los dos jadeando.
Con sus manos en mis caderas, Matías se sacudía debajo de mi cuerpo, necesitando una fricción más fuerte. Yo corcoveaba y mantenía un ritmo estable, hasta que el segundo orgasmo estuvo casi a punto de estallar. Aceleré entonces, deslizándome sobre su verga y frotándome contra su pecho hasta alcanzar nuevamente, ese delicioso placer.
Lo sentí tensarse debajo de mí, explotando en mil pedazos y llevándome a un abismo de placer que me dejó sin respiración.
Cuando mi corazón recuperó su ritmo normal, me levanté y me dirigí al baño, dejándolo tirado allí, con el cuerpo sudoroso y el condón puesto. Desde la ducha pude escuchar el sonido de su teléfono celular y la voz quebrada de Matías al contestar.
Imaginaba de qué se trataba, seguramente era Marcelo, su guardaespaldas y principal lacayo, un gorila bastante despreciable que no me había gustado nada desde el principio.
Cuando salí de la ducha, comencé a vestirme mientras Matías me observaba.
—¿Algún problema? —le pregunté.
—No, todo está bien —respondió, pero supe que me estaba mintiendo—. Debemos volver.
Algo había ocurrido y necesitaba saber qué era. Pero primero tenía que dejarle varias cosas en claro a Matías, así que una vez vestida, me acerqué a él y lo jalé del cabello.
—Escucha —le dije—, cuando quedamos en estar juntos en esto, acordamos sinceridad, ¿recuerdas? Así que dime qué es lo que sucede.
*****
Marisela entró a la oficina de Ricardo llevando en sus manos el informe del investigador. Antes de entrar lo había revisado y no había nada que no supiera, así que lo dejó sobre su escritorio mientras Ricardo hablaba por teléfono.
Desde el secuestro de Sol, Ricardo había estado hecho una furia, y no quería hacer nada que lo incomodara en lo más mínimo, o se desquitaría con ella. Ya había cometido esa equivocación, y el castigo que el hijo de puta le dio, era algo que aún le daba pesadillas.
El informe no decía mucho: Irene, licenciada en Letras, era una escritora casada con un desarrollador de software de poca monta, no había demasiados datos de años anteriores, como si su vida hubiese comenzado sólo diez años atrás. Sin parientes vivos, sin referencias laborales hasta el año 2000… Irene aparentaba haber sido sólo una esposa, un personaje en las sombras hasta que comenzó a trabajar en un periódico local.
A partir de allí, había datos de sobra.
A Marisela no terminaba de cerrarle el tema, pero le había informado a Ire de la investigación que Ricardo estaba haciendo, como agradecimiento por los favores prestados cuando necesitó un ascenso en las oficinas de Ricardo. Sospechaba que algo había detrás, pero aún no estaba segura si debía inmiscuirse o no.
Sin molestar a su jefe, Marisela abandonó la oficina y cerró la puerta.
Ricardo abrió el sobre que su secretaria dejó en el escritorio. Fue ojeando página por página la información y se sintió muy decepcionado. Había esperado encontrar algo relevante, pero era más de lo mismo que había leído del primer informe que pidió sobre ella, hacía unos cuantos años atrás, cuando la conoció.
Su problema era ¿podría confiar en ella? Una cierta desconfianza se había comenzado a afianzar en él, pero no tenía una sola prueba que le asegurase nada. Su intuición le decía una cosa… ella no era quién decía ser, y cada vez se convencía más de eso.
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Carlos estaba sentado en la cocina del departamento que compartía con Ire. Esperaba instrucciones de sus superiores sobre los pasos a seguir, pero no había podido comunicarse con ella para ver que fue lo que había sucedido. La mañana que llegaron esas fotos a su casa, comenzó su calvario. La misión se había salido de madre y no estaba seguro de cómo seguirían las cosas. Ella era la que manejaba todo, la que decía cómo se debía actuar. La investigación, que en un principio comenzó siendo sobre la desaparición y asesinato de una joven escritora que trabajaba en la empresa de Ricardo, había develado todo una organización mafiosa que el gobierno necesitaba neutralizar a toda costa.
Cinco años. Habían trabajado cinco años en ese caso y cada día que pasaba, descubrían cosas más aterradoras. Ricardo, su esposa Sol, las empresas que él manejaba, el periódico y el monopolio editorial que el tipo tenía, escondían toda una trama que se remontaba a esos fatídicos años de dictadura militar en el país, donde ciertos ricos y poderosos jugaron a ser dioses, haciendo y deshaciendo a su antojo.
Un leve golpe en la puerta lo sobresaltó. Se acercó con el arma en su mano y observó por el visillo.
Jfl, su contacto.
Abrió la puerta y ella se deslizó rápidamente.
—Carlos, necesitamos contactar con Ire, esto es urgente. El jefe acaba de recibir información nueva que pone en peligro toda la misión. Necesitamos encontrarla lo antes posible, a ella y a Matías. Sus vidas corren peligro.
Ire@- Administradora
- Mensajes : 307
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Edad : 48
Localización : Baires
Re: Fantasías compartidas
Uauuu!!! Dios, Ire! Aún no te ha llamado ninguna editorial??? pos... no van a tardar, jejeje
Un beso guapísima. Gracias a ti y a Matias por tan magnífico relato
Un beso guapísima. Gracias a ti y a Matias por tan magnífico relato
lajoyadelNilo- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 16/07/2012
Re: Fantasías compartidas
Ire, me has dejado sin palabras.[Solamente los administradores pueden ver esta imagen]
mcarmen- Mensajes : 430
Fecha de inscripción : 18/07/2012
Localización : A orillas del Lérez
Re: Fantasías compartidas
Que peligro? .......Esperando impaciente la próxima entrega
teresa.7- Mensajes : 424
Fecha de inscripción : 16/07/2012
Edad : 57
Localización : Canarias España
Re: Fantasías compartidas
¿los dos corren peligro?
sigue Matiaaaaaaaaaaaas
sigue Matiaaaaaaaaaaaas
aliassara- Mensajes : 181
Fecha de inscripción : 16/07/2012
Edad : 44
Localización : delante del pc
Re: Fantasías compartidas
Ahhh Ire me encanta cuando le das caña a Matias.....seguí asi en es tesitura, ajajjajajajaj.
Vermos con qué sale Matias, al fin resultó una de suspenso.
Vermos con qué sale Matias, al fin resultó una de suspenso.
Rochi 61- HC
- Mensajes : 743
Fecha de inscripción : 17/07/2012
Localización : siempre aca
Re: Fantasías compartidas
Si que esta bueno esto!!! sigan, sigan continuen por favor
Besos
Besos
Ann236- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 18/07/2012
Fantasías compartidas
Ire creo que has sido demasiado buena para lo que han hecho con Sol , la cosa cada vez se complica más , ahora nos dejais con las ganas ¿por que el peligro , de quien? no tarden mucho , me puede la curiosidad .Besos.
jazmin69- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 18/07/2012
Localización : España
mi parte... Alias Sara... Bienvenida jajajaja
Mi parte:
Otra vez la realidad sonaba en ese pequeño aparato móvil de comunicación sacando del perfecto clima de relajación en que mi diosa me había dejado.
Atiendo, es Marcelo que me informaba sobre una buena y otra mala noticia. La buena era que la Side luego de allanar aquel viejo depósito en la que había sido ultrajado, se había echo de aquel video comprometedor, la mala era que exigían un rescate por él y no era dinero. Marcelo me indicaba que la agente “Alias Sara” solicitaba un encuentro inmediato para negociar el intercambio. Los poros de mi piel se encontraban erizados, nunca me había gustado que me amenazaran o que me forzaran a cumplimentar los deseos ajenos, salvo en la cama, claro estaba. Sin dudas en eso, Ire había logrado realizar lo hasta antes impensado, doblegarme y someterme a sus antojos.
Ante esa situación no me quedaba otra que ceder ante el pedido de esta agente a la cual yo no conocía, pero que si algo tenía en claro, eso era que con la Side no se jugaba. Yo era terco y orgulloso, pero no era un imbecil, yo sabía reconocer cuando algo estaba afuera de mi alcance y esto si que lo estaba. Con apremio le respondí a Marcelo que arreglará las cosas, pero sin dejar de preocuparme por sus consecuencias.
Casi al instante de cortar, Ire sale del baño para comenzar a vestirse delante de mí. Yo estaba anonadado por sus movimientos y por eso la observada detenidamente. En eso Ire que no era tonta me pregunta:
I: ¿Algún problema? A o que yo le respondo casi automáticamente:
M: No, todo está bien. Debemos volver.
En ese instante sus manos que comenzaban a abotonar su blusa se detuvieron. Ire comenzó a caminar hacía mí, moviendo las caderas como una leona al asecho, sus pechos se bamboleaban debajo de la camisa lo que era espectacularmente erótico sumado al cuadro que completaban sus piernas enfundadas en seda y coronadas con ese liguero que tanto satisfacía mis morbos fetichistas. Al estar a mi alcance abruptamente me jala del pelo y cuando pensaba que otra sección comenzaba, Ire me apuñala con la daga de la realidad:
I: Escucha, cuando quedamos en estar juntos en esto, acordamos sinceridad, ¿recuerdas? Así que dime qué es lo que sucede.
Mi silencio solo era la desilusion que ascendia desde mi pene. Con Ire mi morbo, mi fetiche, mis deseos, no tenías limitas, horas, días, meses, todo era poco para declararme satisfecho. Así me tenia Ire, con mis pelos entre sus dedos y a decir verdad no se quien fue el que contesto, Yo o su sumiso, pero alguno de los dos fue el responsable de aquellas palabras. Las mismas que le revelaban todo lo que estaba pasando.
Le conté sobre la llamada que Marcelo me había hecho, le conté lo de la “Alias Sara” la agente de la Side y sobre lo que quería a cambio de ese video, le conté sobre mis planes con Sol y sobre lo de quedarme con el poder de sus activos a través de la dominación mental, Le conté que Sol ya había sido liberada en perfectas condiciones físicas solo para que Ricardo no sospechara de su condición Psíquica, la misma que nos entregaría vía documentación la eliminación de Ricardo como presidente de la compañía, como la sección de los poderes de las acciones que a partir de ese momento nosotros controlaríamos.
Pero todo esto le pareció poco A Ire. Por lo que haciendo uso de sus poderes, sin soltarme de los pelos una fuerte abofeteada de su mano libre me cruzo el lado izquierdo de cara. Luego me miraba fijamente mediándose dos dedos en su boca para llevarlos posteriormente hacia su almeja, corrió su tanga, tomo mi pene y poco a poco se fue sentando sobre el, incrustándoselo entre sus calidas carnes. Ya me tenía clavado, ya poseía toda mi atención. Lejos de moverse, Ire se quedo allí, fija y hundida entre mis piernas con mi pene dentro por un costado de su tanga y con las piernas abiertas para demostrarme lo que pasaba.
Estando así, me toma de los pelos con ambas manos y e dice:
I: ¿Sabes que a un hombre se lo controla por su verga, no? Pues eso estoy haciendo perro. Te controlo desde mi verga… Porque ya no te pertenece. Ahora es mi verga ¿OK?
El silencio solo remarcaba su dominio. Yo moría por estar eternamente ahí y así.
I: Pues ahora dime ¿Que hay para mi de todo esto?
Yo en ese instante le daba todo lo que tenía entre mis manos, lo juro, pero algo dentro de mí, quizás el inconsciente que te protege me mostró un nuevo horizonte el de negociar bajo dominio.
M: Pues… Pues… Comencé a esbozar una excusa. Como resultado, Ire me suelta del pelo para posarlos en mis tetillas, las toma con fuerza y empieza a retorcérmelas duramente. Juro que un nuevo cielo se abría para mí. Si hasta casi podía sentir como caminaba por los aires:
I: Mati… Yo no soy tu esposa… No lo olvides…
M: Si lo sé… Lo sé... Yo te daría el control de la empresa editorial que controla Ricardo… Es toda tuya… Así podrás no solo publicar un libro, sino miles y miles de ellos… Todos lo que tu quisieras AAAHHHHH.
Me zambullí en un grito cuando Ire terminaba de retorcerme los pezones.
I: Pero sabes que te lo he sacado bajo dominio, ¿No? Ese es mi premio por mis acciones. Ahora quiero algo tuyo. Algo que te cueste a ti, de tu bolsillo…
M: Pídeme… ¿Que deseas?... AHHHHHH. Ahora la perra mi tenía por las pelotas y jalaba de ellas como queriéndomelas arrancar.
I: Quiero que financies el proyecto de mi esposo. Tal como se lo prometiste…
M: AHHHH… AHHHH… AHHHH OK… OK… Pero el tiene que entregarte a mi. Como el lo prometió…
I: Ya veremos. Ahora soy yo la que pide todo y no da nada… Así estaremos a mano ¿No crees? Pues si no es así no importa. Si no cumples nunca más me volverás a ver en tu vida.
Al escucharla, ese fue el peor castigo que me podía aplicar. Yo ahora era su… Su… Su cosa… Pero me encantaba serlo. Solo afirme con la cabeza… Como arriesgarme a perder el paraíso. Todos mis recursos y mi fortuna no servían de nada si no eran invertidos en post de mi felicidad.
Ire se levanto de mi pene dejándome súper empalmado y con ganas de más. Vístete y vámonos, me había ordenado. Ella ya casi terminaba de hacerlo cuando recupere la cordura. Vaya mujer, pensé.
****
Ya estaba en el sitio indicado por Alias Sara. Marcelo y quince de sus hombres me acompañaban fuertemente armados, nunca sabía lo que podría pasar con esta gente. Todas las fuerzas, toda la agresividad acumulada se esfumo ni bien hizo su ingreso la agente, si hasta las armas que los hombres tenían en sus manos, cayeron con el paso de esta tipa.
Como decirlo, como describirla. Alias Sara era una perra. Una mina que sabía caminaba como Atila, donde pisaba no volvía a crecer el pasto nunca más. Sus dotes de misterio e incógnita, remarcados por su vestimenta de mistress fetichista con dotes de secretaria ejecutiva, habías desarticulado los planes de violencia.
Llego, nos miro, me miro y sin saludar se sentó clavándome la mirada. Tenía poder, lo sabía y no solo lo demostraba, lo exponía a los cuatro vientos, como si toda nuestra organización no fuésemos más que un grupo de niños traviesos jugando a las canicas.
Fue entonces cuando nos demostró que este monumento a la mujer poderosa tenía voz:
A: Mira. ¿Vos eres Matías, no? OK. Afirmo a ver que asentía en silencio con mi cabeza.
A: Pues te diré como son las cosas de ahora en adelante. Digamos que te dejamos pasar las travesuras de tus juegos con Ricardo ¡Si que eres travieso! Me indico en claro doble sentido, sin dudas ella había mirado el video y ostentaba el poder eso de daba delante de los míos. Yo permanecía en silencio sujetando mi arma con fuerza. Entendía su poder y como lo utilizaba en la mesa de negociación, pero antes de caer, pues eso pasaría si mi organización sabia de su contenido, me aseguraría de llevármela conmigo, incluso si eso mismo significase una masacre entre los míos y los suyos.
A: Pues digamos también… Continúo… Que te dejamos apoderarte de su empresa. Tu si que sabes como tratar a una mujer, ajajá. Indico, exponiendo que también conocía los detalles del tratamiento de Sol…
A: Bueno, Rox no debe de pensar lo mismo… Esta mujer, una y otra vez no hacía más que remarcarme que conocía vida y obra de nuestro accionar.
A: Pero nada es gratis… Tú lo sabes muy bien. Si te haces cargo de las acciones, Es decir si te dejamos hacerlo, debes prometer lealtad al movimiento, basta de juegos de tapas, basta de programas molestos, así como denuncias inapropiadas, vos serás… digamos… las puta que nos complace, por así decirlo. A cambio tendrás lo que deseas y nosotros también. Toma, este es mi incentivo de confianza. Me indico dejando sobre la mesa la pequeña caja de un disco DVD.
Ese fue su paso en falso. Yo sabía, lo supe en ese instante, de que ella seguramente tendría órdenes, ellos siempre las tienen, siempre hay alguien que controla esa cabeza y de seguro que, subido a su poder, no debería de ser muy comprensivo. En ese tren, las órdenes no eran más que cerrar este acuerdo. De esta forma, ellos eliminarían a su máximo opositor. Eso sin enmiendas, era algo prioritario y como toda estructura, siempre existe un punto débil. Aquí y ahora estaba su punto de debilidad, de incertidumbre. Todo dependía de esta mujer, aquí y ahora. Si yo decía que si, todo estaría bien, para mí y para ellos, todos seriamos ricos y felices para siempre, pero si yo decía que no, cosa que estaba entre mis posibilidades, todo se vendría abajo para nosotros, lo que no era un hecho menor, claro estaba cual era la decisión que tomaría, solo por un pequeño factor Alias Sara no lo sabía y su cabeza estaba en juego. A ella le gustaba jugar con los extremos y yo estaba dispuesto a averiguar hasta donde era capaz de llegar ara salvar su pellejo.
M: Marcelo… Déjennos solos… TODOSSS AFUERAAA Grite y Marcelo inmediatamente retiro a su gente.
M: Alias Sara te recomiendo que hagas lo mismo… Le indique.
A: Ella me miro fijo y negó con su cabeza. No. Déjalos. Están muy cómodos aquí. Expreso.
M: OK. Como tú lo digas. Tú eres la que manda. Le respondí haciéndola sentir más poderosa.
Mira Alias Sara. Te he escuchado atentamente. Estoy seguro de que éste acuerdo te dará un buen reposicionamiento de cargo con sus mejoras incluidas. Sin dudas has tenido que sacrificar mucho para llegar hasta acá. Lo único que no me gusta es la forma en la que te has expresado. Si sabes quien soy, sabes que el respeto es la base de mi fuerza y tu ahora lo has debilitado delante de los míos, por lo que creo que sería correcto devolverte ese favor. Te comento que en principio te digo que no a tu propuesta. Nunca me ha gustado que me digan lo que tengo que hacer y esta no es la excepción. Sin dudas tu respondes a alguien, yo también respondo a otros, lo que pasa es que en algún punto estas personas son las mismas, el punto aquí es ver quien les lleva la comida a su mesa, todos somos sirvientes en algún lugar. Tú me dices que serás tú la que lo harás porque tienes un poder sobre mí, eso lo reconozco. Pero ese poder solo te sirve si yo cedo a tus amenazas. Si yo no lo hago tu me destruyes, pero a cambio te destruyes a ti misma al usar, según tus jefes una fuerza desmedida que impidió el acuerdo, ese mismo que tanto necesitan, porque si que lo necesitan y vaya que te presionaron para que lo consigas. ¿Tu error? Haber ofrecido algo a cambio de nada. ¿La confianza, me dijiste? ¿Una muestra de confianza? La confianza en mi círculo se expresa con la firma del acuerdo, ni antes ni después. Te lo digo para que sepas moverte mejor en el futuro.
Al oírlos un par de sus colaboradores esbozaron un pequeña sonrisa, claramente, la tipa era jodida con ellos y cuando alguien le ponía lo puntos era algo de lo que disfrutaban.
Alias Sara los miro, en sus ojos pude ver su debilidad o el temor a ella.
A: Lindo discurso… Dulce. Me dijo, como minimizando mis palabras. ¿Que deseas para llevar todo a mejor puerto? ¿Una tierna disculpa?
M: Algo así… Si dejas salir a tus hombres te lo explico.
A: Sabes que eso no sucederá, así que tira vamos…
M: ¿Estas segura? Le expreso con todo mí poder inyectados en mis ojos. A veces mis disculpas pueden ser muy ofensivas, pero ten algo en claro, sin disculpas no hay respeto y sin respeto no hay acuerdo.
Alias Sara lo medito unos momentos. Luego se dio vueltas y levantando la mano indico que sus hombres se retiraran. Al minuto estábamos solos ella y yo, a lo cual me interrogo:
A: OK. Me disculpo contigo. Sabes que tenemos mucha presión encima, ambos. Pero no puedes ignorar este acuerdo en el que has invertido mucho.
M: Si se que tu tampoco puedes perderlo. Eso te dejaría sin trabajo, sobre todo si yo dejo entrever que fue por tu culpa, dejando la puerta para renegociar pero no contigo.
A: OK, OK, OK. Ya dime.
M: Bien. Veo que nos estamos entendiendo. Ahora te pararas, te bajaras los pantalones y te pondrás encima de mi falda. Yo te daré veinte chirlos en tu culo por malcriada y después me besaras la mano, me pedirás disculpas, me agradecerás los azotes y me rogaras que por tu ofensa te permita a ti, pedazo de puta, chuparme la pija hasta sacarme toda la leche, la que te tragaras hasta la ultima gota, dejándomela reluciente. Luego te vestirás, me darás los papeles los firmare, cerraremos el acuerdo con un apretón de manos en señal de amistad y saldrás por esa puerta. Obviamente ninguno de los tuyos sabrá lo que paso, al igual que los míos no sabrán acerca de lo que sufrí, así estaremos a mano para poder volver a tener confianza entre el uno y el otro. Sino te vas de acá para empezar nuestra guerra política, de la que prometo por lo menos que saldrás muy dañada, como mínimo o sino podemos empezar a los tiros como en el viejo oeste y matarnos entre nosotros mismos.
Las palabras que salían de mi boca, era maldecidas una y otra vez por mi conciente, pero no podía dejar de expresarlas. Las condiciones estaban pautadas y el temblor de mis piernas, no hacían más que indicarme que me había equivocado de chica para jugar.
Cuando termine mi discurso fije mi vista en la cara de odio de Alias Sara. Toda su fuerza destructiva estaba dirigida hacía mi persona. Pensó y pensó, le tomo cerca de un minuto definir una respuesta, hasta que lo hizo.
Alias Sara se paro, se tomo de las rodillas y comenzó a reírse a carcajadas. Esas risas me petrificaron el corazón:
A: Veo que mi putita le ha tomado el gusto a los jueguitos. ¿Dime? ¿Te gustan mucho jugar así de durito? Jajajajaja.
El silencio me helaba la sangre, mientras escuchaba como Alias Sara, no podía dejar de reírse.
A: Ok, Ok, Ok jajajajaj. Lo haré… jajajajaja. Con lo que me gustan esos juegos.
Veinte minutos después Alias Sara salio con su culo rojo, el labial corrido y con el contrato firmado bajo el brazo.
El futuro de Ricardo estaba sentenciado.
Continuará…
Otra vez la realidad sonaba en ese pequeño aparato móvil de comunicación sacando del perfecto clima de relajación en que mi diosa me había dejado.
Atiendo, es Marcelo que me informaba sobre una buena y otra mala noticia. La buena era que la Side luego de allanar aquel viejo depósito en la que había sido ultrajado, se había echo de aquel video comprometedor, la mala era que exigían un rescate por él y no era dinero. Marcelo me indicaba que la agente “Alias Sara” solicitaba un encuentro inmediato para negociar el intercambio. Los poros de mi piel se encontraban erizados, nunca me había gustado que me amenazaran o que me forzaran a cumplimentar los deseos ajenos, salvo en la cama, claro estaba. Sin dudas en eso, Ire había logrado realizar lo hasta antes impensado, doblegarme y someterme a sus antojos.
Ante esa situación no me quedaba otra que ceder ante el pedido de esta agente a la cual yo no conocía, pero que si algo tenía en claro, eso era que con la Side no se jugaba. Yo era terco y orgulloso, pero no era un imbecil, yo sabía reconocer cuando algo estaba afuera de mi alcance y esto si que lo estaba. Con apremio le respondí a Marcelo que arreglará las cosas, pero sin dejar de preocuparme por sus consecuencias.
Casi al instante de cortar, Ire sale del baño para comenzar a vestirse delante de mí. Yo estaba anonadado por sus movimientos y por eso la observada detenidamente. En eso Ire que no era tonta me pregunta:
I: ¿Algún problema? A o que yo le respondo casi automáticamente:
M: No, todo está bien. Debemos volver.
En ese instante sus manos que comenzaban a abotonar su blusa se detuvieron. Ire comenzó a caminar hacía mí, moviendo las caderas como una leona al asecho, sus pechos se bamboleaban debajo de la camisa lo que era espectacularmente erótico sumado al cuadro que completaban sus piernas enfundadas en seda y coronadas con ese liguero que tanto satisfacía mis morbos fetichistas. Al estar a mi alcance abruptamente me jala del pelo y cuando pensaba que otra sección comenzaba, Ire me apuñala con la daga de la realidad:
I: Escucha, cuando quedamos en estar juntos en esto, acordamos sinceridad, ¿recuerdas? Así que dime qué es lo que sucede.
Mi silencio solo era la desilusion que ascendia desde mi pene. Con Ire mi morbo, mi fetiche, mis deseos, no tenías limitas, horas, días, meses, todo era poco para declararme satisfecho. Así me tenia Ire, con mis pelos entre sus dedos y a decir verdad no se quien fue el que contesto, Yo o su sumiso, pero alguno de los dos fue el responsable de aquellas palabras. Las mismas que le revelaban todo lo que estaba pasando.
Le conté sobre la llamada que Marcelo me había hecho, le conté lo de la “Alias Sara” la agente de la Side y sobre lo que quería a cambio de ese video, le conté sobre mis planes con Sol y sobre lo de quedarme con el poder de sus activos a través de la dominación mental, Le conté que Sol ya había sido liberada en perfectas condiciones físicas solo para que Ricardo no sospechara de su condición Psíquica, la misma que nos entregaría vía documentación la eliminación de Ricardo como presidente de la compañía, como la sección de los poderes de las acciones que a partir de ese momento nosotros controlaríamos.
Pero todo esto le pareció poco A Ire. Por lo que haciendo uso de sus poderes, sin soltarme de los pelos una fuerte abofeteada de su mano libre me cruzo el lado izquierdo de cara. Luego me miraba fijamente mediándose dos dedos en su boca para llevarlos posteriormente hacia su almeja, corrió su tanga, tomo mi pene y poco a poco se fue sentando sobre el, incrustándoselo entre sus calidas carnes. Ya me tenía clavado, ya poseía toda mi atención. Lejos de moverse, Ire se quedo allí, fija y hundida entre mis piernas con mi pene dentro por un costado de su tanga y con las piernas abiertas para demostrarme lo que pasaba.
Estando así, me toma de los pelos con ambas manos y e dice:
I: ¿Sabes que a un hombre se lo controla por su verga, no? Pues eso estoy haciendo perro. Te controlo desde mi verga… Porque ya no te pertenece. Ahora es mi verga ¿OK?
El silencio solo remarcaba su dominio. Yo moría por estar eternamente ahí y así.
I: Pues ahora dime ¿Que hay para mi de todo esto?
Yo en ese instante le daba todo lo que tenía entre mis manos, lo juro, pero algo dentro de mí, quizás el inconsciente que te protege me mostró un nuevo horizonte el de negociar bajo dominio.
M: Pues… Pues… Comencé a esbozar una excusa. Como resultado, Ire me suelta del pelo para posarlos en mis tetillas, las toma con fuerza y empieza a retorcérmelas duramente. Juro que un nuevo cielo se abría para mí. Si hasta casi podía sentir como caminaba por los aires:
I: Mati… Yo no soy tu esposa… No lo olvides…
M: Si lo sé… Lo sé... Yo te daría el control de la empresa editorial que controla Ricardo… Es toda tuya… Así podrás no solo publicar un libro, sino miles y miles de ellos… Todos lo que tu quisieras AAAHHHHH.
Me zambullí en un grito cuando Ire terminaba de retorcerme los pezones.
I: Pero sabes que te lo he sacado bajo dominio, ¿No? Ese es mi premio por mis acciones. Ahora quiero algo tuyo. Algo que te cueste a ti, de tu bolsillo…
M: Pídeme… ¿Que deseas?... AHHHHHH. Ahora la perra mi tenía por las pelotas y jalaba de ellas como queriéndomelas arrancar.
I: Quiero que financies el proyecto de mi esposo. Tal como se lo prometiste…
M: AHHHH… AHHHH… AHHHH OK… OK… Pero el tiene que entregarte a mi. Como el lo prometió…
I: Ya veremos. Ahora soy yo la que pide todo y no da nada… Así estaremos a mano ¿No crees? Pues si no es así no importa. Si no cumples nunca más me volverás a ver en tu vida.
Al escucharla, ese fue el peor castigo que me podía aplicar. Yo ahora era su… Su… Su cosa… Pero me encantaba serlo. Solo afirme con la cabeza… Como arriesgarme a perder el paraíso. Todos mis recursos y mi fortuna no servían de nada si no eran invertidos en post de mi felicidad.
Ire se levanto de mi pene dejándome súper empalmado y con ganas de más. Vístete y vámonos, me había ordenado. Ella ya casi terminaba de hacerlo cuando recupere la cordura. Vaya mujer, pensé.
****
Ya estaba en el sitio indicado por Alias Sara. Marcelo y quince de sus hombres me acompañaban fuertemente armados, nunca sabía lo que podría pasar con esta gente. Todas las fuerzas, toda la agresividad acumulada se esfumo ni bien hizo su ingreso la agente, si hasta las armas que los hombres tenían en sus manos, cayeron con el paso de esta tipa.
Como decirlo, como describirla. Alias Sara era una perra. Una mina que sabía caminaba como Atila, donde pisaba no volvía a crecer el pasto nunca más. Sus dotes de misterio e incógnita, remarcados por su vestimenta de mistress fetichista con dotes de secretaria ejecutiva, habías desarticulado los planes de violencia.
Llego, nos miro, me miro y sin saludar se sentó clavándome la mirada. Tenía poder, lo sabía y no solo lo demostraba, lo exponía a los cuatro vientos, como si toda nuestra organización no fuésemos más que un grupo de niños traviesos jugando a las canicas.
Fue entonces cuando nos demostró que este monumento a la mujer poderosa tenía voz:
A: Mira. ¿Vos eres Matías, no? OK. Afirmo a ver que asentía en silencio con mi cabeza.
A: Pues te diré como son las cosas de ahora en adelante. Digamos que te dejamos pasar las travesuras de tus juegos con Ricardo ¡Si que eres travieso! Me indico en claro doble sentido, sin dudas ella había mirado el video y ostentaba el poder eso de daba delante de los míos. Yo permanecía en silencio sujetando mi arma con fuerza. Entendía su poder y como lo utilizaba en la mesa de negociación, pero antes de caer, pues eso pasaría si mi organización sabia de su contenido, me aseguraría de llevármela conmigo, incluso si eso mismo significase una masacre entre los míos y los suyos.
A: Pues digamos también… Continúo… Que te dejamos apoderarte de su empresa. Tu si que sabes como tratar a una mujer, ajajá. Indico, exponiendo que también conocía los detalles del tratamiento de Sol…
A: Bueno, Rox no debe de pensar lo mismo… Esta mujer, una y otra vez no hacía más que remarcarme que conocía vida y obra de nuestro accionar.
A: Pero nada es gratis… Tú lo sabes muy bien. Si te haces cargo de las acciones, Es decir si te dejamos hacerlo, debes prometer lealtad al movimiento, basta de juegos de tapas, basta de programas molestos, así como denuncias inapropiadas, vos serás… digamos… las puta que nos complace, por así decirlo. A cambio tendrás lo que deseas y nosotros también. Toma, este es mi incentivo de confianza. Me indico dejando sobre la mesa la pequeña caja de un disco DVD.
Ese fue su paso en falso. Yo sabía, lo supe en ese instante, de que ella seguramente tendría órdenes, ellos siempre las tienen, siempre hay alguien que controla esa cabeza y de seguro que, subido a su poder, no debería de ser muy comprensivo. En ese tren, las órdenes no eran más que cerrar este acuerdo. De esta forma, ellos eliminarían a su máximo opositor. Eso sin enmiendas, era algo prioritario y como toda estructura, siempre existe un punto débil. Aquí y ahora estaba su punto de debilidad, de incertidumbre. Todo dependía de esta mujer, aquí y ahora. Si yo decía que si, todo estaría bien, para mí y para ellos, todos seriamos ricos y felices para siempre, pero si yo decía que no, cosa que estaba entre mis posibilidades, todo se vendría abajo para nosotros, lo que no era un hecho menor, claro estaba cual era la decisión que tomaría, solo por un pequeño factor Alias Sara no lo sabía y su cabeza estaba en juego. A ella le gustaba jugar con los extremos y yo estaba dispuesto a averiguar hasta donde era capaz de llegar ara salvar su pellejo.
M: Marcelo… Déjennos solos… TODOSSS AFUERAAA Grite y Marcelo inmediatamente retiro a su gente.
M: Alias Sara te recomiendo que hagas lo mismo… Le indique.
A: Ella me miro fijo y negó con su cabeza. No. Déjalos. Están muy cómodos aquí. Expreso.
M: OK. Como tú lo digas. Tú eres la que manda. Le respondí haciéndola sentir más poderosa.
Mira Alias Sara. Te he escuchado atentamente. Estoy seguro de que éste acuerdo te dará un buen reposicionamiento de cargo con sus mejoras incluidas. Sin dudas has tenido que sacrificar mucho para llegar hasta acá. Lo único que no me gusta es la forma en la que te has expresado. Si sabes quien soy, sabes que el respeto es la base de mi fuerza y tu ahora lo has debilitado delante de los míos, por lo que creo que sería correcto devolverte ese favor. Te comento que en principio te digo que no a tu propuesta. Nunca me ha gustado que me digan lo que tengo que hacer y esta no es la excepción. Sin dudas tu respondes a alguien, yo también respondo a otros, lo que pasa es que en algún punto estas personas son las mismas, el punto aquí es ver quien les lleva la comida a su mesa, todos somos sirvientes en algún lugar. Tú me dices que serás tú la que lo harás porque tienes un poder sobre mí, eso lo reconozco. Pero ese poder solo te sirve si yo cedo a tus amenazas. Si yo no lo hago tu me destruyes, pero a cambio te destruyes a ti misma al usar, según tus jefes una fuerza desmedida que impidió el acuerdo, ese mismo que tanto necesitan, porque si que lo necesitan y vaya que te presionaron para que lo consigas. ¿Tu error? Haber ofrecido algo a cambio de nada. ¿La confianza, me dijiste? ¿Una muestra de confianza? La confianza en mi círculo se expresa con la firma del acuerdo, ni antes ni después. Te lo digo para que sepas moverte mejor en el futuro.
Al oírlos un par de sus colaboradores esbozaron un pequeña sonrisa, claramente, la tipa era jodida con ellos y cuando alguien le ponía lo puntos era algo de lo que disfrutaban.
Alias Sara los miro, en sus ojos pude ver su debilidad o el temor a ella.
A: Lindo discurso… Dulce. Me dijo, como minimizando mis palabras. ¿Que deseas para llevar todo a mejor puerto? ¿Una tierna disculpa?
M: Algo así… Si dejas salir a tus hombres te lo explico.
A: Sabes que eso no sucederá, así que tira vamos…
M: ¿Estas segura? Le expreso con todo mí poder inyectados en mis ojos. A veces mis disculpas pueden ser muy ofensivas, pero ten algo en claro, sin disculpas no hay respeto y sin respeto no hay acuerdo.
Alias Sara lo medito unos momentos. Luego se dio vueltas y levantando la mano indico que sus hombres se retiraran. Al minuto estábamos solos ella y yo, a lo cual me interrogo:
A: OK. Me disculpo contigo. Sabes que tenemos mucha presión encima, ambos. Pero no puedes ignorar este acuerdo en el que has invertido mucho.
M: Si se que tu tampoco puedes perderlo. Eso te dejaría sin trabajo, sobre todo si yo dejo entrever que fue por tu culpa, dejando la puerta para renegociar pero no contigo.
A: OK, OK, OK. Ya dime.
M: Bien. Veo que nos estamos entendiendo. Ahora te pararas, te bajaras los pantalones y te pondrás encima de mi falda. Yo te daré veinte chirlos en tu culo por malcriada y después me besaras la mano, me pedirás disculpas, me agradecerás los azotes y me rogaras que por tu ofensa te permita a ti, pedazo de puta, chuparme la pija hasta sacarme toda la leche, la que te tragaras hasta la ultima gota, dejándomela reluciente. Luego te vestirás, me darás los papeles los firmare, cerraremos el acuerdo con un apretón de manos en señal de amistad y saldrás por esa puerta. Obviamente ninguno de los tuyos sabrá lo que paso, al igual que los míos no sabrán acerca de lo que sufrí, así estaremos a mano para poder volver a tener confianza entre el uno y el otro. Sino te vas de acá para empezar nuestra guerra política, de la que prometo por lo menos que saldrás muy dañada, como mínimo o sino podemos empezar a los tiros como en el viejo oeste y matarnos entre nosotros mismos.
Las palabras que salían de mi boca, era maldecidas una y otra vez por mi conciente, pero no podía dejar de expresarlas. Las condiciones estaban pautadas y el temblor de mis piernas, no hacían más que indicarme que me había equivocado de chica para jugar.
Cuando termine mi discurso fije mi vista en la cara de odio de Alias Sara. Toda su fuerza destructiva estaba dirigida hacía mi persona. Pensó y pensó, le tomo cerca de un minuto definir una respuesta, hasta que lo hizo.
Alias Sara se paro, se tomo de las rodillas y comenzó a reírse a carcajadas. Esas risas me petrificaron el corazón:
A: Veo que mi putita le ha tomado el gusto a los jueguitos. ¿Dime? ¿Te gustan mucho jugar así de durito? Jajajajaja.
El silencio me helaba la sangre, mientras escuchaba como Alias Sara, no podía dejar de reírse.
A: Ok, Ok, Ok jajajajaj. Lo haré… jajajajaja. Con lo que me gustan esos juegos.
Veinte minutos después Alias Sara salio con su culo rojo, el labial corrido y con el contrato firmado bajo el brazo.
El futuro de Ricardo estaba sentenciado.
Continuará…
matiasx- Autor@
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Edad : 48
Localización : Cap Federal
Re: Fantasías compartidas
Matias que me ha gustado mucho la agente “Alias Sara” un personaje excelente, fantástico, portentoso, prodigioso, estupendo, extraordinario, magnífico, soberbio, admirable, fascinante jejejejeje
Ire te toca
Ire te toca
aliassara- Mensajes : 181
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Edad : 44
Localización : delante del pc
Re: Fantasías compartidas
!!!que buenooooo no se si Matias podrá con todas me encanta ver a nuevas chicas en accion jajaj esperamos capiii
sole- Mensajes : 96
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Localización : ASTURIAS
Re: Fantasías compartidas
Wuauu.......cada vez que los leo me dejan sin palabras....Me gusta mucho como va desarrollandose la trama.
Quiero más....
Quiero más....
Rochi 61- HC
- Mensajes : 743
Fecha de inscripción : 17/07/2012
Localización : siempre aca
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